Un total de 16 familias optan a las seis viviendas de promoción pública que la Xunta ha construido en Cenlle. Se trata de edificaciones modulares con piezas montables por cuyo motivo su ejecución fue de tan solo ocho meses. Los solicitantes proceden del mismo municipio pero también de otros del entorno como San Amaro y Ribadavia. Aunque ya había finalizado el plazo, el Instituto Galego de Vivenda e Solo ha decidido prorrogarlo hasta el día 4 de junio debido a que algunos de los aspirantes no presentaron toda la documentación requerida o en otros casos tienen deudas pendientes con administraciones que deberán abonar.
La inversión ha sobrepasado el millón de euros y los interesados pueden acceder a ellas en régimen de alquiler o mediante compra.
Las casas unifamiliares disponen de 116 metros cuadrados repartidos en dos plantas y cuentan con tres dormitorios y baño, en el piso superior; aseo, cocina, salón comedor y vestíbulo, en el inferior. Además, tienen trastero de 6,27 metros cuadrados y garaje cubierto de 19 metros cuadrados.
El proyecto incluyó también el acondicionamiento del acceso principal, dotación de aceras y mejoras del entorno, que acoge un parque infantil en el que se instalarán más juegos. Están situadas muy próximas a otras ocho viviendas de protección oficial construidas hace aproximadamente 12 años. Todas ellas ocupadas excepto una a cuyo interior accedieron y sustrajeron la cocina y otros equipamientos que están pendientes de reponer. En este entorno, las familias disponen se servicios cercanos como el colegio, instalaciones deportivas, piscinas, centro de salud, aula de informática municipal y hasta farmacia.
El proyecto ha sido promovido por el Concello de Cenlle, según apuntó el alcalde, José Manuel Rodríguez, para asentar población en el municipio y, asimismo, dar un impulso al colegio con la incorporación de más alumnos, además de dar respuesta a la demanda existente.
En esa línea, los responsables municipales también promovieron la habilitación de otras dos viviendas de propiedad municipal en el antiguo edificio de los maestros, en la localidad de Esposende. Allí, ya ha sido adjudicada una de ellas en régimen de alquiler a una familia procedente de Venezuela, mientras la otra, que es un apartamento de un solo dormitorio, todavía está vacía. La inversión había superado los 140.000 euros.
