La "Festa da Istoria" de Ribadavia es una cita ineludible para las miles de personas que cada año vienen a la capital de O Ribeiro para viajar al pasado. Ayer fue el día grande y los festejos se multiplicaban
Son las once de la mañana y todo está listo en la capital de O Ribeiro para el día grande de la "Festa da Istoria", que cada año reúne a cientos de miles de personas de diferentes partes de Galicia, España y el mundo. Los más madrugadores se agolpaban en el "Banco da Alhóndiga", situado en la Plaza Mayor , y en las diferentes sedes distribuidas por la villa para cambiar dinero, puesto que los maravedís es la única divisa válida en Ribadavia durante los festejos.
El ambiente se volvía cada vez más animado y medieval con el paso de los minutos. La gente se iba acercando a la céntrica rúa do Paseo para poder disfrutar del Gran desfile da Istoria, en el que estaban presentes diferentes agrupaciones y personalidades, incluida la realeza. Cuando todos llegaron al Castelo dos Sarmiento, la pregonera Lucíana Rodríguez Rodríguez, colaboradora en la organización de estos festejos desde hace casi una década, agradeció en su discurso la presencia en el desfile del campesinado y la representación "dos oficios tradicionais".
Por otro lado, hizo una mención especial a los vecinos de la villa "que se involucran cada ano " y remató sus palabras con otro agradecimiento a los miembros de la comisión de fiestas y a los visitantes. El acto concluyó con la entrega de medallas "aos notables" y varias representaciones de bailes medievales: "¡Queda oficialmente inaugurada a Festa da Istoria 2016", exclamó el pregonero.
Hacia el mediodía, el dios Baco ya comenzaba a hacer mella en muchos de los visitantes. El olor a comida ya impregnaba las calles del casco antiguo de Ribadavia y la gente buscaba los recovecos con sombra para poder escapar de los rayos del astro rey.
Las casas de cambio de maravedíes seguían abarrotadas de gente que quería cambiar dinero. En la Alameda de Ribadavia, un mercado recibía a los viandantes y los más pequeños se divertían jugando a juegos tradicionales. Los acentos de diferentes lugares de España y del mundo sonaban por las calles. Dos turistas italianos, que estaban haciendo un viaje por toda Galicia, decidieron hacer un alto en esta Festa da Istoria porque le hablaron muy bien de ella: "Buscamos en internet fiestas típicas gallegas y esta está entre las primeras, y como tenía muy buenos comentarios, no perdimos la ocasión".
En cambio, Manuel Rodríguez, un visitante de Madrid, ya es un asiduo a este evento: "Mi suegra es gallega, y mi mujer y yo venimos todos los años a veranear por esta zona. Esta cita es ineludible", comenta.
Estar ayer en el casco vello de Ribadavia, era como viajar al pasado. La gente se toma muy en serio el tema dede la vestimenta, y pocos eran los que iban vestidos con ropa del siglo XXI.
La gente se reunía en las calles del casco vello, buscando un puesto de comida o bebida en el que hacer alguna parada. Los campesinos se juntaban con la nobleza y el clero y los bufones hacían de las suyas a los viandantes. La música de gaita y pandereta aparecía en cualquier esquina. Pero muchos, cuando pasó la hora de comer, decidieron bajar a las orillas del río Avia, para darse un chapuzón y luego continuar festejando.
