La mayor parte de las bodegas de O Ribeiro, la mayor denominación de origen gallega, arrancaron este fin de semana la vendimia. Es pronto para hacer una previsión de la cosecha, pero estará lejos de los 14 millones de kilos que producía la comarca en sus mejores tiempos.
La vendimia se intensificó este fin de semana en O Ribeiro con la incorporación de gran parte de las bodegas que forman parte de la Denominación de Origen. De un total de 98 bodegas que están dentro del registro oficial, más del 60% ya están inmersas en la temporada 2021.
Así lo confirmó Juan Manuel Casares, presidente del Consello Regulador, quien asegura que “efectivamente se está cumpliendo lo que esperábamos con el inicio de la vendimia, hasta ahora se han ido abriendo bodegas poco a poco, pero ahora ya estamos inmersos totalmente en la vendimia, el viernes eran ya 48 las bodegas que estaban trabajando”.
Por el momento, O Ribeiro lleva contabilizados algo más de dos millones de uvas recogida y Casares señala que “por los informes técnicos, la uva está entrando en la bodega con muy buena calidad, sanitariamente estupenda, y al final es de lo que se trata”. Algo que corrobora Javier González, gerente de la bodega Ramón do Casar, quienes iniciaron hace escasos días la vendimia y ya llevan un 30% de la cosecha recogida, de albariño y godello. “Ahora estamos recogiendo treixadura y esperamos que esta temporada sea parecida a la del pasado año, en cantidad y calidad, esperamos llegar a los 230.000 kilos del 2020”.
Respecto a las previsiones de cara al fin de la vendimia, el presidente de la DO Ribeiro prefiere no adelantar estimaciones, aunque semanas atrás calculaba que podría ser similar a la del pasado año: 9,5 millones de kilos. En lo que respecta a las cifras, quiso puntualizar que “O Ribeiro, cuantitativamente hablando, ya no produce eses 12 o 14 millones de antes, hay que olvidarse de eso porque con la base territorial que tenemos actualmente no se puede, está disminuyendo”.
Por ello, Casares reclamó a la Consellería de Medio Rural que “para los próximos años necesitamos 1.200 hectáreas de viñedo en forma de polígonos agrarios, por lo que también pusimos en marcha el banco de parcelas, para intentar movilizar todas esas parcelas que están abandonadas y que vuelvan a ser productivas”. Una apuesta por volver a cifras pasadas de recogida de uva, que este año se vio afectada por el mildiu y por los últimos episodios de granizo.
