BALANCE - TRÁFICO

Un 11% de los conductores controlados en la ciudad iba drogado o con alcohol

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photo_camera Control de alcoholemia en la calle Pena Trevinca. (M. ÁNGEL)

La Policía Local detectó 101 excesos de velocidad, uno delictivo

El mayor consumo de alcohol y sustancias estupefacientes en verano se traduce en más campañas de seguridad vial tanto por parte de la Guardia Civil como de las policías locales. Intensifican las pruebas al margen de las realizadas en los accidentes de tráfico o cuando detectan alguna infracción al volante. En el caso de la Policía Local de Ourense, en lo que va de verano denunciaron a casi un centenar de conductores tanto en la vía administrativa como ante el juzgado (en 14 casos la infracción fue considerada delito).

Los test de alcohol y drogas a los conductores que transitaron por la ciudad en julio y agosto (hasta el día 18) permitieron corroborar a la Policía Local que los consumos de sustancias que pueden influir en la conducción se tienden a igualar. Las cifras así lo corroboran: con 50 positivos en alcohol y 40 en drogas, teniendo en cuenta que el número de vehículos controlados fue el mismo, 790 en ambas pruebas. Unos datos preocupantes, en tanto que revelan que el 11,3% de los conductores que se suben al coche en la ciudad lo hacen bajo la influencia de drogas o alcohol.

Asimismo, la Policía Local realizó en este mes y medio controles de velocidad en distintas zonas de la ciudad, principalmente en aquellas vías que sirven de entrada y salida como pueden ser la avenida Otero Pedrayo, la CN-120, la CN-525 o la avenida de Santiago, aunque también se instaló el radar móvil en zonas céntricas como las calles Celso Emilio Ferreiro, la avenida de la Habana, Emilia Pardo Bazán, Progreso y Nuestra Señora de la Saínza. El objetivo, según destacaron fuentes policiales, fue "evaluar el impacto de esta infración en la seguridad vial del casco urbano". Los agentes constataron que el porcentaje de denunciados sobre los vehículos controlados no llegó al 4% en julio pero fue de 5,41% en agosto. Así, en julio se controlaron 1.113 coches y se denunció a 42 conductores, uno de ellos ante el juzgado porque circulaba a media mañana a 115 kilómetros por hora en la calle Emilia Pardo Bazán en un tramo limitado a 40. El Código Penal castiga a quienes conduzcan un vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en 60 kilómetros por hora en vía urbana o en 80 kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente con penas de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

En agosto, la policía controló la velocidad de 1.090 vehículos, denunciando a 59 conductores.

En total, se instruyeron 21 atestados que fueron al juzgado de guardia por distintos delitos contra la seguridad vial: 14 con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro; otro por conducir sin haber obtenido nunca el permiso, dos por pérdida total de puntos, otros dos por carecer de carné tras una sentencia judicial , además de un exceso de velocidad y una negativa a realizar la prueba de alcoholemia. 

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