Un encuentro organizado por la Asociación para la Prevención de la Exclusión Social, APES, que contó con cinco centros educativos, buscó las maneras de prevenir el acoso escolar desde diferentes ámbitos
Cómo se debe plantar cara al acoso escolar? ¿Cómo diferenciar entre acoso y broma pesada? ¿Qué hacer si somos el acosado? ¿Y si somos los espectadores? ¿Cómo debemos prevenir? ¿Sabemos hacerlo? Esas fueron algunas de las cuestiones planteadas ayer en el Espazo Xove en el debate promovido por la Asociación para la Prevención de la Exclusión Social, (APES), y en el que participaron estudiantes de Concepción Arenal, Cisneros, Divina Pastora, Luis Vives y Santo Cristo.
Este encuentro, que contó con las aportaciones de representantes de la Xunta, el Concello, las Apas, medios de comunicación, Policía Nacional y Autonómica, representantes de la prisión de Pereiro, de centros de menores, de colegios y de entidades que trabajan con menores, tuvo como objetivo que APES tutorice en algunos de los colegios participantes diversos proyectos de prevención del acoso escolar en las aulas.
"Si nos reímos todos con la broma, no pasa nada; pero si uno sufre ya no vale y no es divertido", así explicaba la representante de la Policía Nacional cómo los menores podían identificar la figura del acoso. Destacó, además, que en una encuesta realizada en distintos centros en Ourense, "cinco niños dijeron que querían morirse".
El encuentro comenzó con la proyección de un interesante corto, y siguió con la respuesta de los participantes a una única pregunta: "¿Qué puedo hacer yo para evitar el acoso?". Quedó claro que la mayor parte de responsabilidad para prevenir estas situaciones recae en las familias y en los centros educativos. La directora de Concepción Arenal insistió en la necesidad de que "los valores tengan más peso en el currículo escolar para poder trabajar más con estas cuestiones", y añadió que "no todo viene en los libros, y no todo se aprende con lápiz y papel".
Durante el encuentro, se hizo especial hincapié en la figura del "espectador" y desde todas las instancias se animó a los escolares, "a hablar por la persona acosada, a contar lo que pasa", dejando claro que en ningún caso, "vais a ser chivatos, no tengáis miedo a hablar".
También se recordó la necesidad de prestar ayuda tanto al acosado como al acosador y la importancia de trabajar con los padres. "Muchos contemplan la posibilidad de que sus hijos puedan ser acosados, pero ninguno que su hijo sea el acosador", explicó al final del encuentro la presidenta de APES, Raquel Crespo. El punto y final de la jornada se escuchó en la voz de una joven estudiante presente en el encuentro, Zaida: "Hay más prevención que intervención, y hay que dejar de ser espectador", aseguró.
