El abandono de rutinas de la vida rural multiplica la producción de restos orgánicos en Ourense

La Diputación debe adaptar su normativa de gestión de residuos a las directrices europeas y a una nueva realidad. Una realidad que habla de un territorio disperso y en el que la actividad agroganadera decae de generación en generación, tal como revela el censo de explotaciones en el rural o la Enquisa Estrutural de Fogares en el caso del autoconsumo. “Un recente estudo realizado pola área de Medio Ambiente da Deputación detectou un cambio de hábitos, o que se reflicte nunha reducción da compostaxe. Cada vez máis iso pérdese e lévase máis á bolsa negra, ó colector xeral”, alertaba ayer el presidente provincial, Luis Menor, durante la inauguración del Laboratorio de Innovación en Xestión de Residuos. Un laboratorio de "soluciones creativas e innovadoras" para la gestión de residuos en Ourense La afirmación tiene forma de cifras, ya que ha aumentado un 42% la producción de basura orgánica en concellos rurales, atribuyéndose ese incremento a la llegada de nuevos vecinos sin hábitos de vida rural, quienes no eliminan sus restos de alimentación y poda como tradicionalmente se haría al no tener animales en sus casas, acabando esos restos en los contenedores verdes. Es decir, las sobras que antes iban para el perro o las gallinas, o que servían como fertilizante, ahora van a la basura. Reto estratégico El Laboratorio de Innovación en Xestión de Residuos pretende convertirse en un banco de ideas que durante dos jornadas reúne a alcaldes y técnicos municipales, y de donde saldrán las bases para la nueva normativa de gestión de basuras. Una normativa que adapte la legislación europea y que suponga cambios profundos tanto a la hora de separar en contenedores como de responsabilizarse por la cantidad de residuos que general. “É un obxectivo estratéxico”, afirmó Menor en la apertura de la sesión, “pois nun territorio cun elevado índice de dispersión como ten Ourense, xéranse grandes custos económicos para a recollida; o fácil é repercutilos, o difícil é buscar alternativas que minimicen esa repercusión; porque se non, ou repercutímolos nos orzamentos dos concellos, ou repercutímolos nos veciños”. Uno de los retos es reducir la producción de basura, pero al mismo tiempo, los grupos de trabajo debaten sobre las realidades cambiantes en los municipios. Más de 50.000 toneladas de basura al año La Diputación gestiona parcialmente el tratamiento de basuras de 88 concellos de la provincia. Para 55 de ellos, la gestión alcanza el 100%. Según los cálculos de la oficina de Medio Ambiente, eso supone que dan servicio en torno a los 100.000 vecinos, aproximadamente un tercio de la población ourensana. Y el balance anual se iría hasta las 50.000 toneladas de basura recogidas al año. “No ha dejado de crecer”, reconocía el director del área de Medio Ambiente, Javier Bobe. “En un momento, con la crisis de los años 2009 o 2010 hubo un período de reducción, pero eso fue consecuencia de la recesión, no de nuestra mayor concienciación. Es cierto que en los últimos años, el crecimiento se ha reducido, crece más paulatinamente”, señaló. Por eso, la nueva planificación de residuos de la Diputación quiere centrarse sobre todo en la reducción de las basuras que llegan a los cubos, y serán necesarias la formación y la concienciación ciudadana para cambiar de hábitos.”Todos sabemos lo que nos marca la ley, la cuestión es… ¿cómo lo hacemos? En grandes ciudades es más fácil por la concentración de la población, pero en núcleos de población muy pequeños nos complica las cosas”, sentenciaba Javier Bobe. Europa marca la línea: que pague quien más basura produzca La legislación que debe adaptarse en los próximos meses incluye el concepto de pago por generación, con lo que podrían incrementarse los recibos de basuras a quienes más generen. “Las ordenanzas fiscales caminan hacia el pago por generación”, explica Javier Bobe, responsable del área de Medio Ambiente de la Diputación de Ourense; “¿Por qué tiene que pagar lo mismo una vivienda que baja una bolsa de basura cada dos o tres días que una vivienda que baja dos bolsas de basura?”, se cuestiona. Esa pregunta, si bien suscitaba acuerdo entre las mesas de trabajo, también dejaba claro que, por el momento, ni regidores ni Diputación quieren optar por ese modelo. Otros cambios que trae la nueva legislación es que descarga la responsabilidad de los residuos en quien los produce no solo a la hora de separarlos para su correcto reciclaje, sino también durante todo el proceso de tratamiento. También obliga a establecer sistemas que aporten una mayor trazabilidad a las basuras. Quizá el punto que más preocupase durante la sesión de ayer fue la futura introducción de nuevas separaciones de basura. Al orgánico, plástico, aluminio y papel se les unirá en 2025 la separación de restos textiles. “Si cada una de las fracciones tiene que recogerse por separado con su propio contenedor, no es sostenible”, aseguraba Javier Bobe. “Hay rutas específicas de recogida, y con algunas puedes pasar una vez por semana o por mes, pero otras no puedes dilatarlas tanto en el tiempo”, señalaba.