Ignacio Garbayo lo dejó todo durante un año para cumplir su objetivo: entrar en el doble grado de Informática y Matemáticas. El esfuerzo tiene su recompensa y con un 9,92, se convierte en el alumno más excelente de la provincia
El alumno más excelente de la provincia lo dejó todo durante un año por un objetivo muy claro: entrar en el doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas en Santiago, la segunda carrera que exige la mayor nota de acceso en Galicia. El ourensano Ignacio Garbayo, una de las promesas gallegas del arbitraje de baloncesto, decidió que este curso sólo arbitraría un partido. Este jueves celebró con sus amigos de Maristas -y con partido de baloncesto incluido- el sacrificado 13,92 sobre 14 que le abre la puerta a cualquier grado universitario. El 9,92 que obtuvo en la parte obligatoria de Selectividad le coloca como el estudiante más sobresaliente de la provincia y el sexto de la comunidad autónoma.
Un error en inglés. La materia se le atrancó a más de uno, incluso a los ”excelentes". “Pero estoy muy contento, ahora ya está”, sonríe Ignacio Garbayo. Tiene su plaza asegurada en el doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas en la Universidad de Santiago. “Desde pequeño me atrae programar. Lo que quiero es aprender y cada vez me han ido gustando más las matemáticas”, explica el joven, acostumbrado a participar en proyectos relacionados con la tecnología y la programación en Maristas. “Este año estudié más que cualquier otro. Me gusta el arbitraje, sí, pero dije: 'Mi objetivo es centrarme en entrar en la carrera y ya está”. El esfuerzo ya tiene su recompensa después de dos años condicionados por la pandemia que, a pesar de vivir en sus propias carnes, le quita hierro al asunto. “Estuve confinado y las dos primeras semanas en casa estudiar era imposible, seguía las clases online pero nada… Era imposible concentrarse. ¿Qué si somos una generación fuerte? No sé, supongo”, sonríe.
Un error en inglés. La materia se le atrancó a más de uno, incluso a los ”excelentes". “Pero estoy muy contento, ahora ya está”, sonríe Ignacio Garbayo. Tiene su plaza asegurada en el doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas en la Universidad de Santiago. “Desde pequeño me atrae programar. Lo que quiero es aprender y cada vez me han ido gustando más las matemáticas”, explica el joven, acostumbrado a participar en proyectos relacionados con la tecnología y la programación en Maristas. “Este año estudié más que cualquier otro. Me gusta el arbitraje, sí, pero dije: 'Mi objetivo es centrarme en entrar en la carrera y ya está”. El esfuerzo ya tiene su recompensa después de dos años condicionados por la pandemia que, a pesar de vivir en sus propias carnes, le quita hierro al asunto. “Estuve confinado y las dos primeras semanas en casa estudiar era imposible, seguía las clases online pero nada… Era imposible concentrarse. ¿Qué si somos una generación fuerte? No sé, supongo”, sonríe.
