El hombre contactó a través de una aplicación con los tres jóvenes, uno de ellos con una discapacidad del 68%, y logró quedaron con dos de ellos tras amenazarles y obligarles a mantener relaciones sexuales
Antonio C.F., acusado de una agresión sexual, un abuso consumado y una tentativa a menores de edad con los que contactó por internet en 2014, negó los delitos en la primera sesión del juicio celebrado en la Audiencia de Ourense a puerta cerrada. Según sostuvo, se "fueron voluntariamente" con él.
Sostuvo que estuvo con ellos "voluntariamente", sin violencia ni intimidación, a fin de probar que las relaciones fueron consentidas.
Durante la vista, el procesado respondió a todas las preguntas que le plantearon. En la primera sesión declararon las víctimas (una por videoconferencia) así como los agentes que llevaron la investigación.
El ministerio público y la acusación particular reclaman 26 años de cárcel por unos delitos que sitúan, según su relato, entre el verano de 2014 y enero de 2015. En su escrito, la fiscalía sostiene que Antonio C.F., "con la intención de obtener favores sexuales", contactó a través de una aplicación de móvil con tres menores, uno de ellos, aquejado de una discapacidad del 68%, y logró quedar con dos de ellos tras amenazarlos, obligando precisamente "a dos de ellos a mantener relaciones sexuales "
El Ministerio Público pide para el encausado un total de 26 años de cárcel, por delito contra la libertad sexual, que sitúa, según su relato, entre el verano de 2014 y en enero de 2015
Así, la fiscal sostiene que en septiembre de 2015 el acusado recogió a un menor en su furgoneta en las inmediaciones de la estación de San Francisco. Una vez allí, le llevó "a una zona despoblada" y le conminó para hacerle "una felación", todo ello, "contra su voluntad" y "sin su consentimiento". Posteriormente, el menor denunció los hechos.
El segundo caso ocurrió en el verano de 2014. El hombre contactó "de idéntico modo" con otro menor aquejado de una minusvalía del 68 por ciento, a quien le trató de intimidar con mensajes de que "le iba a hacer daño a su hermano" o con contarle los hechos a su madre si no accedía a quedar con él. La madre, al enterarse de lo ocurrido, impidió dichos hechos.
El tercer caso, se produjo en otoño de ese mismo año cuando el acusado quedó con otro menor al que también le envió supuestamente fotos de hombres desnudos.
