Acusado por acercarse a su expareja cuando lo tenía prohibido

Palacio de Justicia de Ourense.
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Jonatan D.R. regresó ayer de nuevo a la sala de vistas del Juzgado Penal 2  por una de las causas abiertas (alguna ya con sentencia condenatoria firme) tras la denuncia por violencia de género que presentó su expareja cuando rompieron la relación en el año 2020.

En esta ocasión, la fiscal lo acusó de un delito continuado de quebrantamiento de medida cautelar, por aproximarse a ella cuando un juzgado se lo había prohibido.

La representante del ministerio público reclama una pena de nueve meses de prisión mientras que la abogada de la defensa interesó la absolución. 

El Juzgado de Instrucción 3 le había prohibido comunicarse y acercarse a la denunciante, con una distancia de seguridad de 500 metros. Para garantizar esta resolución, el juzgado instaló a Jonatan en abril de 2021 una pulsera de control telemático.

El centro Cometa, el que controla el funcionamiento de estos dispositivos, notificó diferentes incidencias relativas a la entrada del investigado en la zona de exclusión en los meses de abril, mayo y junio de ese año. 

"No era consciente"

El inculpado aseguró que no era consciente de que estaba quebrantando porque el centro Cometa no le informaba en muchas ocasiones de la proximidad de la denunciante. Según adujo su letrada, no había voluntad de incumplir porque “en cuanto recibe el aviso se aleja inmediatamente” y que incluso había errores de ubicación. “No se cumple con los requisitos del dolo que exige el delito: conocimiento y voluntad de delinquir”, explicó la letrada.

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