Fiscal y acusación particular piden para él 17 años de cárcel por asesinarlo con un vino tóxico que contenía estricnina

El acusado de envenenar a su vecino alega que ''pretendía matar jabalíes'

José Luis Lamelas Álvarez, durante su declaración. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Reconoce que dejó una bolsa con una botella que contenía vino tinto mezclado con un potente tóxico (estricnina), además de otros víveres, a la entrada de una finca de Castro de Escuadro (Maceda), pero 'no para matar a Felisindo González Santiago', que falleció el 24 noviembre de 2009 tras dar un trago al letal líquido, sino que lo que pretendía era 'envenenar jabalíes'.
Es lo que confesó ayer José Luis Lamelas Álvarez, acusado de asesinar a su convecino, quien explicó ante el jurado popular que lo juzga en la Audiencia, que dejó en el suelo, por un 'olvido' y a unos 150 metros del paraje de O Pereiro, propiedad de la víctima, una bolsa conteniendo la botella, además de dos mandarinas, dos latas de conservas y una de cerveza. Según precisó, reiterando que sufre pérdida de memoria, 'la apoyé allí al ver tres o cuatro setas que recogí y me olvidé de ella'.

El fiscal, no obstante, considera que Lamelas Álvarez, 'movido por una intensa animadversión hacia el que fuera su amigo', urdió un plan para 'causarle una muerte atroz', recreando en ese lugar que 'había habido una reunión de cazadores, dejando en el mismo, el vino tóxico junto con productos que tenían una gran aceptación por parte de Felisindo', que iba a diario al terreno a dar de comer al ganado que allí tenía. Según el Ministerio Público, además, para simular tal encuentro, 'esparció cáscaras de mandarinas en la zona, dejó una botella vacía y un paquete de tabaco arrugado para despertar la curiosidad de la víctima'. A preguntas de la acusación pública, el encausado reconoció que se aprovisionó de los comestibles a espaldas de su mujer en Verín y sostuvo que mezcló el vino con el veneno en un garaje, en donde cerró herméticamente la botella. El fiscal, por otro lado, preguntó al encausado el motivo por el que selló el recipiente, si lo que pretendía era envenar jabalíes. Lamelas Álvarez replicó que quería poner el cebo con pan duro, que ya tenía en una finca. Asimismo, el procesado negó haber dejado la bolsa colgada en una cancilla de O Pereiro, tal y como apuntó la familia del difunto, y que 'la pudo coger cualquiera'.


''MORRER COMO UN CAN'

La esposa de la víctima expresó que recibían del acusado 'ameazas de morte' y que, el día del suceso, su marido llegó a casa con la bolsa y anunció: 'Un cazador olvidouse da merenda na cancela'. Tras descorchar la botella, cató el vino y afirmó que sabía 'a vinagre'. Al poco, dijo sentirse mal, que era 'veneno' y que, tal y como dijo su mujer iba 'morrer envenenado como un can'.

La acusación pide para el procesado 17 años de cárcel; la defensa, alega que es 'inocente' y en caso de que se le imponga una pena, sea por homicidio imprudente. El juicio continúa hoy.

Te puede interesar