Su letrado intenta aminorar la pena porque el arma de fuego era de balines y no resultaba peligrosa

Los dos acusados del atraco a la joyería Juysa lo reconocen

Los acusados que reconocieron los hechos, Jonathan Fernando Valdes y Dugal Jara, a la salida del juicio.
Tanto Jonathan Fernando Valdés Figueroa (20 años) como Dugal Jara Estete (23) reconocen que atracaron la joyería Juysa, en la calle Santo Domingo de la ciudad de Ourense, el 10 de octubre del pasado año poco antes de la seis de la tarde.
La parte del botín que llevaban consigo cuando fueron detenidos resultó una prueba de cargo demasiado contundente para negar la mayor. Pero ayer no fue posible un acuerdo que evitara el juicio en el Penal 1, porque los inculpados difieren con respecto al fiscal sobre la peligrosidad del arma utilizada en el atraco. Mientras que para el letrado defensor se trata de una pistola de balines previamente manipulada sin riesgo para las personas, el fiscal sostiene que era plenamente apta para causar daños lesivos.

Por esta razón, el teniente fiscal, Carlos Valenzuela, reclamó una pena de cuatro años y medio para los procesados por un delito de robo con violencia, agravado por la utilización de armas peligrosas. El letrado de Valdés Figueroa y Jara Estete dejó reducida la solicitud de condena en un año de prisión.


EL SUPUESTO ENCUBRIDOR

El tercer compañero de banquillo, Carlos Eduardo Figueroa Rodríguez, primo de Jonathan Fernando Valdés, está acusado de encubrir a los otros dos, facilitándole morada en la ciudad desde el mes de septiembre, según dijo el fiscal, y facilitarles la huida al día siguiente al acompañarlos en un vehículo de su novia hasta Lugo, en donde cogieron el autobús para irse a Madrid, en donde finalmente fueron detenidos.

Figueroa Rodríguez aseguró hasta ayer que desconocía los planes de sus compatriotas chilenos, pese a que parte del botín quedó en la vivienda, ya que debía enviar una caja precintada, en cuyo interior había alhajas, a la hermana de Jara Astete. Ayer matizó algo más, al asegurar que tuvo conocimiento del robo en la mañana del día 11, cuando trasladaba a sus amigos a la Ciudad de La Muralla y se lo confesó su primo.

La policía, tras el registro de ese piso, halló también joyas en un cajón, además de la pistola de balines. Según considera el fiscal, podrían ser una forma de recompensarle por el encubrimiento del robo. Para este último, reclamó una pena de año y medio de prisión.

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