TRIBUNALES

Los acusados en el caso Esmorga limpiaron el lugar de los hechos

La Guardia Civil halló restos de ADN del muerto en la casa de Cameixa y en la carretera del canal del Viñao

La investigación que realizó la Guardia Civil tras ser hallado el cadáver del joven rumano Alexandru Walter Boghiu (22 años), en diciembre del 2014, en el canal del río Viñao (Boborás) no da mucho oxígeno a los dos acusados en el crimen, Eduardo López Fernández, y Óscar Estévez López, para demostrar su inocencia.

La guardia civil de Criminalística que realizó la inspección ocular dejó claro este lunes, en una nueva sesión del juicio que se sigue en la Audiencia, que la vivienda de Cameixa, en la que los tres continuaron la juerga tras cerrar los bares de Carballiño, fue limpiada a fondo, sobre todo la zona de la cocina. Pese a la limpieza, los agentes recogieron 95 pruebas para esclarecer lo sucedido en el inmueble y la muerte del joven, pero la mayoría resultó inservible al estar empapadas en agua o deterioradas. "Del material recogido, 35 muestras se remitieron al laboratorio para su análisis", apuntó la investigadora.

Entre el material analizado había colillas, servilletas de papel, una toallita húmeda y otra impregnada de betadine. En esta última encontraron ADN del joven fallecido, que también fue hallado en la manilla de la puerta.

Los agentes también encontraron ADN de Alexandru Walter en una mancha en el asiento del coche. "El coche también fue lavado", apuntó la guardia civil, puntualizando que la inspección ocular se realizó tres días después de ser hallado el cadáver. Durante la inspección, los agentes revisaron un galpón para ahumar productos derivados de la matanza, en la que encontraron un pistola utilizada para sacrificar cerdos con sus respectivos proyectiles.

En la carretera que conduce al canal, que desemboca en la presa de Albarellos, la guardia civil aseguró que recogieron siete muestras sobre manchas que presentaba el asfalto, en las que en cuatro encontraron ADN del fallecido. También encontraron huellas suya en la barra más alta de la barandilla entre el canal y una zona en la que suelen aparcar pescadores. Realizó la inspección ante la sospecha de una muerta violenta. 


"Es muy difícil caerse por el hueco de la barandilla hacia el canal"


En el juicio, que se sigue con jurado popular en la Audiencia, también testificó el entonces capitán de la Policía Judicial de la Guardia Civil que coordinó la investigación. Declaró por videoconferencia y, a preguntas de la fiscal y abogados,  aseguró que los dos acusados nada más ser hallado el cadáver cayeron en varias "contradicciones" a la hora de explicar lo sucedido. Esto levantó sus sospechas, explicó, y comenzó a investigarlos como presuntos autores del fallecimiento. "Era muy difícil que la víctima se cayera por el hueco que había en la barandilla y fuese a parar al canal. Con solo levantar la mano o un pie ya alcanzaba la barra", aseguró, puntualizando que la zona "es la adecuada para lo que pasó allí. Era complicado que saliera del canal y, además, en el espacio hay muy poco tránsito", afirmó. 

También fueron llamados a declarar dos cazadores que encontraron el cuerpo, pero su testimonio no arrojó luz

La vista continuará hoy con la declaración del forense que realizó la autopsia y analizó el cadáver, que según declaró ayer una agente, presentaba hematomas en las manos y huesos del cráneo fracturados, entre otras lesiones que no serían compatibles con una caída.

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