El contrato es, para Sánchez Vidal, una 'declaración de intencións', y 'un borrador' para Cortón

Los acusados del 'caso de los paneles' niegan afán de lucro

El Concello de la ciudad volvió a ser ayer el centro de atención judicial como consecuencia de la vista oral por el 'caso de los paneles', que ayer comenzó en la Audiencia y que sienta en el banquillo de los acusados a dos extenientes de alcaldes -los nacionalistas Alexandre Sánchez Vidal y Andrés García Mata-, a un exdirector xeral de Turismo, David Cortón, y a un jefe de servicio, Elías Domínguez, así como a los representantes de la empresa Afiador Producións, Omar Bouzo y Daniel Conde.
El fiscal -el PP ejerce la acusación popular- sostiene que, entre finales de 2007 y 2008, los acusados 'convinieron en ejecutar un plan conjunto para crear una empresa cuyo objeto sería la instalación y explotación de varias pantallas en la vía pública, logrando cuantiosos ingresos por la venta de la publicidad que se habría de emitir por ellas'. Una afirmación que negaron 'rotundamente' los acusados, que se declararon inocentes -Conde se acogió a su derecho de no declarar-.

Uno de los documentos claves para la acusación es un contrato-convenio firmado entre Sánchez Vidal y Daniel Conde, en representación de la empresa, por el que se estipulaba la instalación de tres pantallas y la explotación de la publicidad durante 40 años. Para Sánchez Vidal, el documento era sólo 'unha declaración de intencións' que, en aquel momento, le pareció 'estupenda, porque tiña un custe cero para o Concello, que podía empregar as pantallas para información municipal todo o que quixera'. A su juicio, por ello, esa oferta 'non me parecía moi rentable (para la empresa) pero a min, plin'.


'NON INVITARON NIN A UN CAFÉ'

Sánchez Vidal afirmó, asimismo, que este asunto siguió la 'mecánica normal' en el Concello y que cuando la adjudicación llegó a junta de gobierno -órgano competente para realizarla-, 'decidimos, por seguridade xurídica, retrotraer o expediente' al comprobar que carecía de un informe jurídico que lo sustentara. Además, negó que conociese a los representantes de la empresa y cualquier connivencia con ellos, asegurando que 'a min non me invitaron nin a un café'.

Si para Sánchez Vidal el contrato era una declaración de intenciones, para Cortón se trataba de 'un borrador xenérico' que, cuando él envió a otros departamentos municipales para su valoración 'non incluía datos'. Y es que el borrador fue elaborado inicialmente por el funcionario Elías Domínguez a partir de un convenio con Anpas públicas. 'Cogí el encabezamiento y el final pero no puse el nombre de Afiador ni el del teniente de alcalde', explicó Domínguez, así como ningún dato concreto. ¿Quién redactó entonces el contrato? 'Nin idea', respondió Cortón, para quien ese documento 'é irrealizable. Unha empresa que pretenda realizar ese convenio tal e como está redactado vai á ruina'. Quizás por ello, para Domínguez la oferta de Afiador Producións era 'evidentemente' la mejor de las que su departamento tuvo conocimiento, puesto que tanto él como Cortón afirmaron que era el Concello el que tenía interés en este tipo de pantallas informativas. El funcionario fue claro al asegurar que 'nadie me dio instrucciones de falsear nada'.

Por su parte, Omar Bouzo declaró que fue él el que propuso al Concello -antes de constituir la empresa Afiador- y, más concretamente a David Cortón, la instalación de unas pantallas informativas, oferta que fue modificada por el director xeral en una llamada telefónica posterior, aceptando la empresa esos cambios. Declaró, asimismo, no haber ofrecido ni recibido nada a cambio de esta concesión -que 'sólo me ha generado pérdidas'- ni haber hablado nunca con Mata y Sánchez Vidal.

Mientras, García Mata -entonces concejal de Infraestructuras- aseguró que se había enterado del proyecto de las pantallas publicitarias 'cando sae na prensa e cando o goberno o levou á xunta de goberno'. Así, Mata recalcó que limitó su intervención en este asunto a firmar un documento que, según sostuvo, 'non autorizaba' las perforaciones en la vía pública para instalar los paneles, sino que era un papel de 'entrada, para a súa tramitación', por lo que, a su juicio, su firma era 'irrelevante' en este asunto. El exedil alegó que se incoó un expediente urbanístico 'para pechar eses buratos'.

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