Adiós al cargo y el coche oficial

Xosé Rodríguez Cid, en el salón de su casa.
Tras las elecciones autonómicas del 1 de marzo, el actual presidente de la Xunta confirmó lo que había prometido: la supresión de las delegaciones provinciales de las consellerías. Donde hace seis meses había 12 responsables, ahora existe uno que centraliza aquellas tareas con el apoyo de los llamados ‘jefes territoriales’ . Los últimos 12 delegados, figura ya prácticamente extinguida, analizan su paso por la Xunta y critican la supresión de un cargo que consideraban ‘clave’ para el acercamiento al ciudadano.
Los últimos delegados provinciales de las consellerías vuelven ‘aliviados’ a sus profesiones El organigrama de la Xunta protagonizó una de las promesas electorales del PP que, tras las elecciones del 1 de marzo, se convirtió en realidad: la supresión de los delegados provinciales de cada consellería. Atrás quedan personajes políticos que llenaron páginas de periódicos, fotos, inauguraciones, visitas institucionales y reuniones con alcaldes, tanto con el Gobierno de Fraga como con el bipartito autonómico.

Los adscritos a PSOE y BNG se han convertido en los ‘ultimos mohicanos’ de una estirpe prácticamente extinguida en favor de la figura única del delegado territorial -actualmente asume este cargo Rogelio Martínez- que ejerce las funciones institucionales en representación de la Xunta en la provincia, apoyado por los llamados ‘jefes territoriales’ de cada consellería, de los que aún falta por nombrar el de Presidencia e Xustiza.

Mientras, la mayoría de los últimos delegados han retomado las clases, literalmente. Gonzalo Iglesias Sueiro, Concepción Camiña, Xosé Rodríguez Cid, Raúl Fernández y Francisco Fumega Piñeiro se dedican a la enseñanza (los cuatro primeros en la enseñanza pública y el quinto en la Universidad Gallaecia de Vilanova de Cerveira, donde imparte ‘Ecología, paisajismo y ordenación del territorio’). Antucho Espinosa, farmacéutico, busca trabajo y Xosé Carlos Sierra a la dirección del Museo Etnolóxico de Ribadavia. Xosé Francisco Ferreiro Abelleira volvió a su plaza de Enfermería en O Irixo y Xosé Antón Jardón Dacal a la suya como secretario-interventor del Concello de Coles. Juan José Monedero y Carmen Rodríguez recalaron en el de Ourense, uno como funcionario (y ahora jefe de servicio) en Benestar Social y la otra como concejala no electa de Personal.

La mayoría recuerda su etapa con nostalgia, así como el enorme esfuerzo y dedicación que exigía su cargo. No obstante, también ven en la supresión de esta figura un ‘error’ hacia los ciudadanos. Pérdida de cercanía, de operatividad y de decisión para la provincia son sus razones. El ahorro defendido por la Xunta no les convence, dicen, ya que la figura del ‘superdelegado’ lleva aparejado un ‘nutrido número de altos cargos y asesores’.

Gonzalo Iglesias Sueiro: ‘Sabía que todo cargo político é temporal, polo que o retorno ás clases o levo con naturalidade’

‘Cando tomei posesión do cargo de delegado de Educación, sabía que tiña unha temporalidade, polo que o retorno á vida normal o levo con total naturalidade’. Así define Gonzalo Iglesias Sueiro su paso por la Delegación de Educación, una etapa que recuerda con especial cariño por su equipo de trabajo y porque ‘conseguín visitar todos os centros públicos da provincia e a maioría dos concertados, co fin de coñecer a situación real’.

Ahora se prepara para iniciar las clases en el instituto ‘Lagoa de Antela’ de Xinzo, donde impartirá matemáticas en el primer curso de la ESO. Siempre a disposición de su partido, el PSOE, lamenta que el actual Ejecutivo autonómico ‘esté desmontando o construido e alonxándose dos cidadáns centralizándoo todo en Santiago e esquecendo ás provincias’.

Xosé Antón Jardón: ‘Estaba un pouco canso da política institucional, agora teño un alivio porque podo desconectar’

Su profesión lo mantiene vinculado a la política municipal, en este caso de Coles, pero desde una óptica ‘aséptica’. Xosé Antón Jardón Dacal es el secretario-interventor de este municipio, es decir, su máximo funcionario. Atrás deja cuatro años al frente de la Delegación de Industria y su etapa como regidor de Vilar de Santos, cargo que abandonó para asumir precisamente el de delegado. Ahora mira atrás y se confiesa ‘aliviado, porque estaba un pouco canso da política institucional’, aunque continúa colaborando con el BNG. Eso sí, ‘recuperando un pouco de tempo para min’, dice. No obstante, lamenta que la Xunta haya suprimido las delegaciones, pues entiende que lejos de ahorrar, lo que se incrementa es la burocratización de la administración, haciéndola más lejana para el ciudadano.

Concepción Camiña: ‘Aprendín moitísimo e foi unha experiencia altamente positiva, pero agora volvo ao meu’

‘Docente vocacional’. Así se define Concepción Camiña, ex delegada de Presidencia (y la única mujer, junto a Carmen Rodríguez, que lo fue de Traballo), reconocida sindicalista y profesora en el colegio Manuel Sueiro de la ciudad. Estrena destino este año, pues hasta entonces tenía su plaza en el instituto de Bande, a donde regresó tras las elecciones del 1 de marzo.

Recuerda con gran cariño su etapa institucional -’aprendín moitísimo e foi unha experiencia altamente positiva na que deixei moitos amigos’, dice- aunque coincide con todos sus compañeros que la intensidad del trabajo hace que ahora el tiempo libre sea un lujo recuperado, que ahora dedica a actividades como el teatro, ya que pertenece a un grupo de aficionados. Destaca que retomar la docencia es, además, ‘volver ao que é o meu’.

Xosé Francisco Ferreiro Abelleira:‘Fixemos motísimas cousas que non soubemos transmitir, pero non boto de menos o teléfono’

Después de 12 años, Xosé Francisco (Chema, para los amigos) Ferreiro Abelleira retomó su plaza de enfermero en el Centro de Salud de O Irixo. Atrás deja ocho años como diputado autonómico y cuatro como delegado de la Vicepresidencia de Igualdade e Benestar Social. De esta última etapa recuerda ‘as moitísimas cousas que puxemos en marcha pero que quizáis non soubemos transmitir e o estupendo equipo de traballadores da Delegación’. Compagina ahora su profesión de enfermero con la preparación de su tesis doctoral de Derecho (ha pedido permiso para ejercer de abogado en temas sanitarios) y no echa de menos las más de 100 llamadas diarias al móvil de su etapa de delegado ‘porque agora teño tempo para min’, dice.

Juan José Monedero: ‘Mi labor actual sigue estando vinculada a la atención a las personas más desfavorecidas’

De la sanidad al bienestar social. Dos áreas diferentes pero complementarias y que tienen un nexo común: Juan José Monedero. Durante los últimos cuatro años ha sido delegado de Sanidade y ahora ejerce de jefe de servicio municipal de Benestar Social, ya que es funcionario del Concello en este área. Conoce bien esta jefatura de servicio pues ya la asumió en tiempos de Veiga Pombo. ‘Al final sigo dedicándome a la atención al ciudadano, que es lo que me gusta, ya que es un trabajo agradecido pero también muy intenso -dice- pero ni mucho menos llega al volumen de trabajo en la Delegación’. De ahí que considere que la concentración de las delegaciones en una persona ‘es una pérdida de operatividad con tanta acumulación’.

Xosé Rodríguez Cid: ‘Foi un honor traballar con Suárez Canal, agora compadezo ao que leve o dos incendios’

Xosé Rodríguez Cid fue la cara visible de la Consellería de Medio Rural en Ourense, etapa de la que destaca ‘o honor de traballar con Alfredo Suárez Canal’ y las bases que se pusieron en marcha ‘e que lamentablemente non puidemos continuar’.

No obstante, aunque recuerda con cariño y cierta nostalgia aquella experiencia, afirma rotundo que no la echa de menos. ‘Non te imaxinas o que é deixar o teléfono sen atender. E sobre todo no verán, cos incendios, non o podes imaxinar’. Ahora, aunque sigue militando en el BNG, ha vuelto a su puesto como profesor de Primaria en el colegio Casardomato, en O Pino, labor docente y vocacional que ha desarrollado durante 31 años.

De directores xerais a funcionarios

Otros miembros del anterior Ejecutivo autonómico que han tenido que retomar sus profesiones son los ex directores xerais de las diferentes consellerías. Lo mismo que el único secretario xeral, de Cultura en este caso, con el que contó la provincia. Xosé Carlos Sierra, primero delegado provincial y después número dos del departamento de Ánxela Bugallo, ha regresado a su puesto de director del Museo Etnolóxico de Ribadavia.

Prácticamente todos los directores xerais ourensanos del bipartito eran funcionarios. Xosé Benito Reza, ex director xeral de Conservación da Natureza, se reincorporó a su puesto de jefe de servicio de Incendios de la Consellería de Medio Rural. Lo mismo le sucedió al que fuera responsable autonómico de Estructuras Agrarias, Xosé Carballido, reincorporándose a su puesto en el departamento de Infraestructuras de Medio Rural. Alberto Blanco, que fue director xeral de Montes, vuelve a ejercer de profesor de Secundaria.

Otros ex directores xerais, como el de Augas de Galicia, han visto como su puesto ha sido definitivamente suprimido por el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo. El departamento que gestionaba el ourensano José Luis Romero Valeiras ahora pasa a depender de la Presidencia de Augas de Galicia.

Asimismo, Bieito Seara, director xeral de Acción Social, ha retomado su profesion en una asesoría que comparte como socio con la concejala nacionalista en Ourense Ana Garza.


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