La vigésima edición del Festival de Cine Internacional de Ourense cerró ayer sus puertas con la entrega de sus premios, pero aún queda hoy la última oportunidad para disfrutar de las historias que han resultado ganadoras.
La gran semana del cine en Ourense apagó ayer su particular proyector hasta el próximo año. Durante ocho días, los ourensanos han sufrido, llorado, disfrutado, reído, indignado, enamorado, vivido y muerto con las historias que les han contado, y que así lo recordó el vídeo resumen que fue proyectado durante la gala de clausura que ayer acogió el Auditorio y que se despidió de la única manera posible: con más cine de calidad en la película "Tercer Grado".
Pero sólo será cuestión de esperar un año para volver. Así lo aseguró el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, durante la clausura: "É compromiso de quen lles fala poñerse a traballar. Traballar arreo para que en 2016 volvamos estar aquí celebrando o 21 OUFF. Ata daquela, apagamos as luces deste Festival, pero nunca do cine. Porque o cine é luz. E o cine nunca acaba nesta cidade: a mellor película é sempre da que nós somos protagonistas. Viva o cine. Longa vida ao Festival de Cine".
Previamente, los ganadores fueron recogiendo sus premios en una gala guiada por María Soler. El director mexicano Bernardo Arellano y la actriz española Marta Belaustegui lo hicieron en persona agradeciendo al Festival, al jurado y al público la distinción recibida.
El premio a mejor película fue recogido por el distribuidor gallega de la película, Pablo Baños, ya que su director Juan Miguel del Castillo se encuentra en Estonia, donde "Techo y comida" también compite, aunque mostró su agradecimiento por medio de un mensaje grabado, al igual que hicieron los directores y guionista de "La vida después", Franco Verdoia y Pablo Bardauil, en cuyo nombre recogió el premio el portavoz del jurado Alexandre Powelz.
El de mención especial del jurado a la actriz Hannah Murray fue recogido por el productor gallego, Alfonso Blanco. Todos incidieron en la importancia de un Festival de Cine como el de Ourense para dar a conocer trabajos que de otra manera sería muy difícil de ver por su dificultad de llegar a las salas comerciales y por la creación de un importante tejido de espectadores. Se apagó la veinte edición, pero aún queda hoy para ver las películas ganadoras.
