La compañía supera el centenar de acreedores, entre ellos Xunta, Estado y Novagalicia Banco

El administrador concursal valora T-Solar en 20,6 millones

Parlamentarios del BNG junto a empleados de T-Solar, ayer en la Cámara.
El informe del administrador concursal de T-Solar sobre la situación de la empresa, presentado en el Juzgado de lo Mercantil de Vigo encargado del caso, refleja que la compañía tiene una deuda de 46,6 millones de euros, según los datos facilitados por el comité de empresa tras revisar la documentación.
En concreto, la deuda con las administraciones asciende a 16,1 millones de euros, de los que 8,5 se corresponden a la Xunta y 7,6 a los Ministerios de Industria e Innovación. Con Novagalicia Banco, la compañía tiene una deuda pendiente de 10 millones de euros, a los que se suman otros 4,7 millones con el banco francés Société Genérale y 500.000 euros con Banesto. En todo caso, la partida más cuantiosa, de 13,6 millones de euros, se corresponde con otra empresa del grupo Isolux (al que pertenece T-Solar), la firma Isolux Ingeniería.

El resto de la deuda (1,65 millones de euros) se reparte en facturas de menor envergadura entre unos 120 acreedores, entre los que figuran diversas empresas de prestación de obras, servicios o suministros.

El presidente del comité de empresa de T-Solar, Isidro Blanco, explicaba ayer que la empresa había reducido su deuda financiera desde 43 millones a finales de 2011 a 30 en la actualidad, y que la mayor parte de los préstamos pendientes son a largo plazo. Por ello, consideraba que 'os números non reflexan unha situación tan dramática' y que 'o problema non é de viabilidade', sino que teme que el grupo Isolux haya perdido interés por el negocio de paneles solares. De hecho, T-Solar sólo vendía a otras empresas del grupo y los empleados opinan que, en las circunstancias actuales, la estrategia de la empresa ha cambiado y su intención es comprar los paneles para los parques que promueve en mercados más baratos.

Por otra parte, el informe concursal sitúa en 73 millones de euros el valor contable de los activos de la empresa (que se correspondería con el valor de adquisición), mientras que rebaja a 20,6 el valor concursal (por el que se podría vender en las circunstancias actuales). Los trabajadores insisten en que, si se procede a la venta de la empresa, se dé prioridad a los compradores interesados en continuar con la actividad y no se vendan los activos de forma separada.

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