Andrés L.A., dc 29 años, admitió ayer ante la jueza del Penal 2 de Ourense lo que los test de alcohol y drogas habían evidenciado con números tres años antes, cuando ocurrió el accidente en el que murió el hombre de 41 años que viajaba a su lado, a las 03.45 horas de la madrugada, en la N-532 a su paso por Verín.
No solo triplicaba la tasa de alcohol permitida sino que había consumido cocaína, tal como reveló un análisis de saliva. Además, la Guardia Civil de Tráfico concluyó que la velocidad era excesiva y que no prestó la debida atención a la conducción, con merma de sus facultades por la intoxicación etílica.
El inculpado refrendó en sala el acuerdo alcanzado en la fiscal y su letrado por el que la pena de tres años de cárcel quedó en dos años, seis meses y un día, además de la pérdida de vigencia del carné por un homicidio por imprudencia.
Podría no ingresar en prisión si en el trámite de ejecución de la sentencia demuestra con un análisis del cabello que está limpio (sin consumo de drogas y alcohol), según fuentes judiciales consultadas.
El acusado conducía un turismo de la marca Mercedes, propiedad de su madre, el 9 de agosto de 2018 cuando a la altura del kilómetro 6.600 de la N-532 se salió de la vía por la margen derecha, lo que provocó que chocase con una tajea y el posterior vuelco. Media hora después del siniestro, Andrés L.A. arrojó 0,87 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. El atestado de los agentes hizo hincapié que había abundantes síntomas de embriaguez: aspecto externo cansado, rostro pálido, ojos brillantes, pupilas dilatadas, halitosis alcohólica muy fuerte de cerca y deambulación titubeante. El Juzgado de Instrucción 2 de Verín acordó ese mismo día, como medida cautelar, la intervención del permiso de conducir.
La víctima, de 41 años
El hombre que viajaba como copiloto, J.M.Y.P, de 41 años, nacido en Verín y residente en Francia, salió despedido del vehículo y quedó tendido en un camino adyacente a la vía, resultando fallecido en el acto.
La sentencia no recoge indemnización para los padres y hermanos de fallecido, quienes renunciaron a acciones civiles y penales, al haber sido debidamente indemnizados.
