Adolfo Fernández: "En 2020 recibimos 300.000 euros para excavar, el triple de lo habitual"

Adolfo Fernández (Xunqueira de Ambía, 20 febrero 1979) es el coordinador de los trabajos del castro de Armea desde hace una década. Las excavaciones reciben 10.000 visitas anuales y el proyecto es “pionero” en la provincia. Fernández es investigador del Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio del Campus. ¿Hay bum de excavaciones en la provincia? ¿Es una buena época para la arqueología? Sí, se juntó un poco todo. Hay muchas excavaciones abiertas, mucho más que hace años. En 2011 empezamos con Armea y podía haber algunas de urgencia, ligadas al mundo privado cuando hay que construir un edificio y es área protegida, por ejemplo. Lo que no había es este tipo de excavaciones. Ahora lo que hay, sobretodo, es excavaciones promovidas por estamentos públicos, sobre todo por la Xunta. Son pequeñas intervenciones, contratos menores para yacimientos arqueológicos excavados desde hace años. También están sacando muchas limpiezas, sobre todo desde la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de Ourense. Llama mucho la atención, son siempre pequeños proyectos muy concretos. Proyectos de larga duración ya no hay prácticamente tantos. ¿Cuántos proyectos lideran desde el Campus? El año pasado tuvo mucha actividad. De hecho, en 2020 tuvimos 300.000 euros de presupuesto para proyectos de excavaciones. ¿Y en 2021? Tenemos Armea y fuera de la provincia una documentación científica para la declaración de un BIC en O Grove, un proyecto en la illa de Ons, otro en la isla de Cortegada, asistencias técnicas… Hicimos cuatro proyectos en 2021, más Armea, que siempre está. ¿La inversión del pasado año de 300.000 euros es un récord? Sí, fue un año atípico. Solemos andar sobre 100.000 euros de inversión, a veces sobre 80.0000. El año pasado salieron muchos proyectos. Este año también hay muchos, pero son más pequeños. ¿Ha crecido el interés de las administraciones? Sí. Creo que es una dinámica desde hace años. No existía este tipo de herramienta desde los concellos. Nosotros empezamos con el tema de colaborar con los concellos con Allariz. Fue el comienzo. Hicimos contratos de investigación, convenio propio con el concello y la UVigo, y, a partir de ahí, fue como una especie de “efecto llamada”. Cuando Armea salía en prensa todos los años que se excavaba, otros concellos nos decían directamente: “Nosotros queremos algo como Allariz”. Nos lo llegaron a pedir. Después, lo de darle continuidad a los proyectos es lo peor. ¿Por qué? Porque un año un concello tiene capacidad de mover 15.000 euros para excavaciones pero al siguiente no, ese es el gran problema. El problema es la continuidad en el tiempo, ver qué va a pasar. Las intervenciones arqueológicas, muchas veces, están enfocadas a la musealización, lo que excaves dejarlo a la vista, disfrutarlo, ver el pasado de ese concello… Pero eso hay que mantenerlo en el tiempo, porque al año siguiente se ha degradado… Hay maleza, vegetación… Las ruinas hay que mantenerlas en el tiempo. Lo que tiene Armea es que todos los años se excava y se musealiza. ¿Hay demanda de arqueólogos en el mercado? En este momento sí, hay mucha gente que está buscando licenciados como los que salen de nuestra universidad o de la de Santiago.