Agreden con un sacacorchos a un policía fuera de servicio, en Ourense

La noche ourensana sigue dejando altercados e incidentes violentos semana tras semana, y en esta ocasión el mayor damnificado fue un agente de la Policía Nacional. Según pudo saber este periódico, el agredido no se encontraba de servicio en el momento de los hechos, que tuvieron lugar en la noche del viernes en el Casco Vello, sin embargo decidió colaborar en una actuación del Grupo de Atención al Ciudadano, más conocido como “Zetas”, tras lo que fue atacado con un sacacorchos. El agresor pudo ser detenido por los efectivos policiales, y ayer fue puesto a disposición judicial. La patrulla se presentó en la zona por una alerta sobre un individuo, al cual procedieron a identificar con ayuda del agente que no estaba de servicio. Este último fue el que recibió la agresión que se saldó con una herida que no precisó puntos de sutura, si bien tuvo que ser atendido y recibió el alta poco después. Desde la asociación de vecinos O Cimborrio aseguran que la violencia está “intensificada y radicalizada”, y apuntan que las reyertas son cada vez más frecuentes. Incluso afirman que ayer se encontraron con un reguero de sangre por la calle Pena Trevinca, por lo que sospechan de nuevos incidentes violentos. Los vecinos achacan el repunte de violencia, que se vive desde hace varios meses, al consumo masivo de alcohol y drogas, y critican que varios de los puntos más masificados de la noche ourensana, como la Praza do Correxidor o la Rúa Pizarro, se están convirtiendo en zonas de botellón permanente. Una de las medidas que solicitan es la instalación de cámaras de seguridad, ya que consideran que “la gente no es consciente de lo que pasa en el Casco Vello mientras ellos duermen”. Reclaman también más efectivos policiales, ya que consideran que los cuerpos de seguridad “o no tienen efectivos o no tienen medios”, ya que “se quedan dentro de sus coches y solo cuando llega un gran grupo de efectivos interviene”. Además, denuncian los ruidos que se producen hasta altas horas de la madrugada y la cantidad de basura que se genera tras las noches de mayor afluencia. Se muestran críticos con los establecimientos y el control que se ejerce sobre ellos, y reclaman la “anulación de las licencias de aquellos locales que lleven años cerrados”. También critican la falta de un mapa de ruidos que ordene la ciudad, algo “obligatorio para las que tienen más de 100.000 habitantes”. El fin de semana dejó otra movilización de la Policía Nacional fuera del Casco Vello, aunque finalmente no fue necesaria su intervención. Los agentes recibieron un aviso por un supuesto tiroteo en el barrio de Covadonga, si bien la patrulla que acudió al lugar no pudo constatar que sucediera.