Las últimas lluvias han provocado un nuevo desprendimiento, de momento sin consecuencias por su escasa entidad, sobre la valla de protección de la vía del acceso centro de la A-52 a la ciudad. Pero la caída de piedras y tierra de los taludes de esta infraestructura se produce con frecuencia, cada vez que las precipitaciones hacen acto de presencia en Ourense.
La alarma y las quejas por estas repetidas caídas son constantes por parte de vecinos y conductores, que temen un desprendimiento de envergadura, pese a que desde la Demarcación de Carreteras se insiste en la seguridad de los taludes y de la propia vía rápida.