Los albergues municipales dan cobijo a más de 30 indigentes

Ourense 15/4/20
Albergue rúa da Barreira

Fotos Martiño Pinal
En el pabellón de Oira están dos personas que dieron positivo pero sin síntomas importantes

La crisis sanitaria ha sacado de la calle a las personas que no tienen absolutamente nada, tan siquiera una casa donde pasar la noche a buen recaudo por falta de dinero o disciplina para acatar las normas. En estos momentos, según lo datos recabados por el Concello en el día de ayer, 33 indigentes (seis de ellos mujeres) están utilizando las instalaciones habilitadas para ellos por Servicios Sociais para que dejen de pernoctar en la calle y pasen el confinamiento en un lugar resguardado, en donde también Aixiña les brinda desayuno, comida y cena.

 Las cifras oscilan de un día para otro pero, en todo caso, superan con creces al número de usuarios que en otra época del año se resguardan en el Fogar don Transeúnte. Precisamente, este última instalación, en la Praza do Trigo, está siempre a más del 90% de su capacidad. Ayer había 16 personas ocupando las 18 plazas disponible, pero, según precisa la concejala Eugenia Díaz Abella, "el pasado viernes estaba lleno". La edil destaca la planificación previa "desde el minuto uno" para no verse de repente desbordados.

En el antiguo albergue de San Francisco van los transeúntes de "baja exigencia", más conflictivos

En el albergue de peregrinos de la Rúa Barreira, habilitado excepcionalmente para los sin techo, hay 10 personas alojadas y, por ahora, sin posibilidad de cubrir las 14 plazas por motivos de seguridad. "Hasta el día 18 no meteremos a nadie más por precaución ya que, aunque se hizo una desinfección a fondo, uno de los usuarios que estuvo dos días allí dio positivo en coronavirus", explica la edil.

El Concello también ha habilitado un espacio, en el pabellón municipal de Oira, para los infectados por el virus que no precisan estar en un hospital por ausencia de síntomas. "Son dos derivaciones del Sergas y en estos momentos están asintomáticos", asegura Díaz Abella. El ente local en ese espacio tiene previstas hasta 18 camas.

Por último, el antiguo albergue de peregrinos de San Francisco se aperturó con hamacas donadas por Cruz Roja de las que  cinco están ocupadas por transeúntes "de baja exigencia". Personas más conflictivas que han sido expulsadas por no acatar las normas o que desdeñan los recursos municipales pero la policía les abre la puerta. 

Mientras esté vigente estado de alarma no habrá límite temporal de estancia (normalmente son tres días). 


“Hay personas que quieren seguir en la calle y tenemos que atenderlos igual"


Pero no todos los transeúntes han querido recurrir a la asistencia social que les brinda el ente local en los albergues o el Fogar. Hay personas que se resisten a usar esas infraestructuras y están siendo atendidas desde Cruz Roja. "Los que ahora están en al calle  son exponentes de la pobreza más crónica, generalmente con problemas de alcohol y drogas", asegura Diego Conde, del programa "Sen teito" de la entidad benéfica. "Quieren seguir en la calle -añade- y debemos atenderlos igualmente". En torno a "diez u once" que utilizan cajeros, portales o casas abandonadas para dormir o pasar el día.

Cruz Roja, según asegura Conde, está saliendo dos veces al día, durante las mañanas y las tarde, para llevarles "alimentos, agua, productos de higiene, mantas o sacos". 
Aunque la franja de edad mayoritaria es de 35 a los 50 años, tiene constancia de gente joven (18-20 años). La mayor parte son españoles y llevan en Ourense tiempo. "Un 20% son extranjeros, portugueses", aclara.

Cuando estalló la crisis sanitaria, durante la primera semana,  Cruz Roja desplegó una campaña informativa para que la cuarentena fuese más segura en la población más vulnerable. Llegaron a localizar a 31 indigentes. La mayoría optó por los recursos municipales o bien por ir a una vivienda compartida o algún sitio acotado. n

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