El fiscal dice que se dedicaba a su venta y pide para él siete años de cárcel

Alega en un juicio que fumaba 30 porros al día

El encausado, Pablo Ruiz Vega. (Foto: MARTIÑO PINAL)
La Audiencia de Ourense juzgó ayer a Pablo Ruiz Vega, a quien el Ministerio Público imputó un delito contra la salud pública por tráfico de drogas. Los hechos que se le atribuyen, y por los que el fiscal reclamó siete años de prisión, ocurrieron el 29 de marzo del 2010, sobre las 10 horas. Entonces, el procesado fue interceptado por la Guardia Civil en A Gudiña, tras bajar de un autobús cuyo origen era Barcelona. En un registro que se le efectuó, los agentes hallaron en un bolsillo exterior de su mochila 16,654 gramos de cocaína. En el interior de la misma, además, localizaron en dos prendas tres tabletas de resina de cannabis.
En el pantalón que vestía, también encontraron una bola del mismo estupefaciente. El total de hachís que se le incautó asciende a 286,400 gramos y toda la droga tendría en el mercado un valor de 2.332 euros. En la vista de ayer, el encausado reconoció portar las cantidades que detalló el fiscal, aunque, a preguntas de si las destinaba a la venta, alegó que eran para él. 'Consumo desde que tengo conocimiento', zanjó el procesado. Uno de los agentes que declaró ayer, en calidad de testigo, explicó, no obstante, que 'en el momento de la detención no dijo nada, pero que después dio a entender que se dedicaba al menudeo de droga para mantener a su familia'.

Precisamente, la defensa, hizo referencia a su condición económica, aunque no para justificar la venta sino su compra. El encausado afirmó que 'después de muchos años me fían', dijo, para añadir que no había pagado toda la droga, cuyo valor situó en unos 660 euros. En referencia a su adicción, explicó que, aunque 'consumía cocaína de forma esporádica, fumaba entre 20 y 30 porros diarios'.

Un forense que testificó ayer explicó que, el encausado, 'no tenía un síndrome de abstinencia el día de los hechos', aunque añadió 'que los análisis mostraron un positivo en hachís y en cocaína'. Expuso, no obstante, ante el plenario que 'es imposible determinar la cantidad que consumía con exactitud' y que 'por consumir estupefacientes no tiene porque haber un cuadro clínico claro'.

El Ministerio Público consideró ayer que 'no hay duda de que las substancias estaban en su poder' y que 'era una tenencia preordenada al tráfico'. La defensa, por su parte, alegó que el encausado 'no opuso resistencia en el momento de la detención' y que 'queda acreditado que era consumidor'. Explicó, por otra parte, que 'la droga iba en su mochila, pero no oculta, y que no había instrumentos para su manipulación'. En este sentido, alegó que no estaba distribuida en dosis'.

La defensa, que también acreditó los ingresos de su familia, indicó que, todo ello, ofrece 'una duda razonable de que la droga estuviera dedicada al tráfico'. Reclamó para su cliente la libre absolución.

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