El Hogar del Transeúnte de Ourense busca ir más allá de ser la última alternativa a dormir "sin techo", erigiéndose en una herramienta de ayuda para personas que, muchas veces, han perdido la esperanza en su vida.
El Hogar del Transeúnte del Concello de Ourense lleva atendiendo desde 1992 a toda aquella persona que, sin tener residencia en Ourense, se encuentra sin medios económicos para "afrontala súa vida". También para atajar situaciones de emergencia de personas o familiares residentes en el Concello de Ourense. Personas como Ramón C., de 62 años, que ya es la segunda vez que acude al hogar: "La primera fue hace un año, me falleció la mujer, me quedé sólo y en la calle porque no podía pagar el piso y me tuve que venir aquí", explica. Ramón trabajó durante más de 30 años como transportista y ahora está "a la espera de cumplir la edad para cobrar la pensión", mientras tanto estaba percibiendo la Risga, que acaba de renovar, "lo que me ha permitido apalabrar una habitación, aunque aquí suelo venir porque tienes actividades, puedes leer el periódico y duermes tranquilo".
Fátima Monteiro Araújo, de 43 años y con dos hijas que viven en un piso en Allariz a cargo de Asuntos Sociales, lleva unos cuantos días en el albergue "porque se me acabó la ayuda del Inem el pasado 10 de enero y no tengo trabajo ni nada, así que estoy a la espera de conseguir la Risga y poderme pagar un piso o una habitación".
Esta mujer natural de Portugal, pero con más de 10 años de residencia en Ourense, estuvo trabajando "al cuidado de personas mayores y haciendo tareas del hogar, hasta que hace tres años se me murieron las personas que atendía y con la crisis no encontré nada, así que ahora estoy, con esta edad, en una situación difícil". A pesar de lo cual confía en recibir "una paguita que me permita ir a un piso".
Diego Conde Eguileta, integrador social de Cruz Roja y que lleva un programa de actividades en el Hogar del Transeúnte, explica que, "aunque la gente piensa siempre en un estereotipo de persona que vive en la calle, no es así, sobre todo después de la crisis. Pueden ser personas que incluso tuvieron una empresa o un trabajo estable, pero de golpe se divorciaron, perdieron el empleo, ya no pudieron pagar el piso y finalmente se encontraron en la calle".
Conde comenta que el programa de actividades ‘Tardes de lecer’ se promovió "como un espacio de descanso de calle, porque cuando la gente está sin techo, pasar 24 horas al día en el exterior sin nada que hacer es muy, muy duro. No puedes ni tomar un café porque no tienes dinero, o si lo tienes, al final te da vergüenza tirarte toda una tarde en el mismo sitio tomando ese café, así que la idea es que la gente pueda venir aquí como un espacio donde descansar de la calle a través de diversas actividades".
Isabel Nespereira, educadora del Hogar del Transeúnte, explica que "el albergue cuenta con 22 plazas, y hay opción a pernoctar tres días, aunque dependiendo de los casos, la estancia puede prorrogarse a través de renovaciones, previa apreciación de la trabajadora social, que hace valoraciones diarias".
José Luis Serrano Volcán, venezolano de 47 años, es una de estas personas que se vieron obligadas a prolongar su estancia en el centro municipal. Allí encontró "una ayuda increíble de todos los empleados, me dieron la oportunidad de que me encaminara en mi actual profesión, que es ser artista plástico". Ya lleva dos exposiciones a sus espaldas y este mismo fin de semana se encontraba en una tienda de arte de la calle Valle Inclán para comprar material y preparar su próxima exposición "en un taller que me prestó Toni Ferrer". Serrano recuperó su autoestima y encontró su proyecto vital. Fue en el Hogar del Transeúnte.
La usuaria: Fátima Monteiro
"El año pasado ya estuve aquí 15 días porque en el albergue te dan refugio, no estás al frío y, sobre todo, no te encuentras en la calle, donde hay mucha inseguridad".
El técnico social: Diego Conde
"En el programa de tarde intentamos motivarlos a través de actividades de alfabetización informática, talleres de salud o promoviendo capacitaciones a través de juegos de mesa".
El exusuario: José Luis Serrano
"Yo venía de pasar tres años en Madrid, donde no había visto futuro, y en el albergue me ayudaron a centrarme y ver hacia donde debía ir; ahora quiero seguir saliendo adelante".
