El Cuarteto Quiroga, fundado por Cibrán Sierra, logra el reconocimiento internacional con tres premios

Alma ourensana en la música de cuerda

El Cuarteto Quiroga, fundado por el violinista ourensano Cibrán Sierra, acaba de ser galardonado con tres premios especiales del jurado en el ‘Concurso internacional de cuartetos de cuerda Paolo Borciani’, en la región italiana de Emilia; los galardones se suman a los ya obtenidos en festivales de Ginebra, Burdeos, París y Barcelona.
Corría el 2003 cuando el violinista ourensano Cibrán Sierra decidió dejar su trabajo de profesor en la Universidad de Göteborg, en Suecia, para fundar el cuarteto de cuerda Quiroga, junto al asturiano Aitor Hevia, la madrileña Helena Poggio y el húngaro Dénes Ludmány.

Con los años, el grupo se ha convertido en uno de los cuartetos más relevantes del panorama internacional de la música clásica. Prueba de ello, los tres premios del jurado recibieron en el ‘Concurso internacional de cuartetos de cuerda Paolo Borciani’, celebrado en la región de Emilia, en Italia, el pasado mes de junio.

Dicho certamen, junto con el de Burdeos y el de Londres, es uno de los más importantes de Europa en cuanto a cuartetos de cuerda se refiere, por lo que Cibrán Sierra y el resto de sus compañeros tuvieron la oportunidad de competir contra otros 21 cuartetos de países como Japón, Rusia, Estados Unidos y diversos países de Europa. Los reconocimientos que obtuvieron se enmarcan dentro de la categoría de ‘mejor interpretación de obra obligada’, en este caso una pieza compuesta por el músico italiano Giovanni Sollima.

Por otro lado, Sierra explica que lo más satisfactorio de participar en este tipo de concursos ‘é que podemos establecer contacto con outros cuartetos internacionais’ y agrega que la mayoría de los grupos contra los que han competido en las etapas finales ‘teñen unha gran experiencia e chegan a superar os 10 anos de vida’. Sin embargo, señala que, pese a que el Cuarteto Quiroga es relativamente nuevo, ‘o maior acerto da agrupación foi que os catro compoñentes deixamos as nosas profesións en universidades e escolas para adicarnos a traballar, tal e como o fai un deportista de élite antes das olimpiadas’.

Por último, el violinista ourensano señala que tanto en Galicia como en España ‘hai pouco apoio á música de cámara pois nos últimos anos a música sinfónica e de ópera si foron apoiadas, pero a cámara é un terreo que está bastante esquecido’.


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