La Policía Nacional desactivó una “narcocasa” en la zona de Santomé, próxima a la ciudad, y detuvo una pareja tras una pelea domiciliaria. En total, los agentes incautaron más de siete kilos de hachís y alrededor de 2.700 euros en efectivo.
Según relataron fuentes conocedoras de la investigación, todo comenzó con la alerta de un episodio de malos tratos. A la vivienda acudieron agentes del Grupo de Atención al Ciudadano de la Comisaría Provincial de Ourense. Acabaron deteniendo a los dos miembros de la pareja, de 31 años, tanto al hombre -por un presunto delito de violencia de género- como a la mujer -presuntos malos tratos en el ámbito familiar-.
En el transcurso de la intervención, salió a flote la presencia de sustancias estupefacientes en la vivienda, a las que hizo mención el varón detenido. Los agentes lo persuadieron para que entregase más de un kilo de hachís y unos 1.200 euros en efectivo.
La Policía no se conformó con ello. El Grupo de Estupefacientes se hizo cargo de las diligencias. Tras solicitar la correspondiente orden de registro, los policías inspeccionaron la vivienda y acabaron hallando otros seis kilos de hachís y unos 1.500 euros en efectivo, sumando un total de siete kilos y 2.700 euros intervenidos. De este modo, la colaboración entre ambos departamentos acabó con el desmantelamiento de esta narcovivienda junto a la ciudad.
Según la información a la que pudo acceder este diario, la mujer arrestada acabó siendo puesta en libertad tras pasar a disposición judicial, mientras que el hombre ingresó en prisión. A los delitos anteriormente mencionados se les añade un presunto delito contra la salud pública tras el descubrimiento del hachís almacenado.
Agresión en comisaría
Además del descubrimiento de la droga, el hombre está investigado por otro supuesto delito. En este caso, de atentado contra la autoridad. Fuentes de la investigación relatan que mantuvo una actitud violenta en dependencias policiales. Al parecer, agredió a dos agentes del Grupo de Atención al Ciudadano mientras estaba en comisaría. A uno de ellos le propinó un puñetazo que le rompió el labio, mientras que al otro le causó un esguince en la mano.
