El Juzgado de lo Penal número uno de Ourense celebró ayer una vista oral en la que Jonathan José C.A., de 26 años, respondió de tres delitos, uno de amenazas, otro de coacciones y otro contra la integridad moral. El fiscal reclama para el encausado, por todos ellos, un total de seis años de prisión.
Los hechos que le imputa el Ministerio Público ocurrieron desde junio del 2009 hasta que ingresó en prisión provisional por esta causa el 3 de noviembre de ese mismo año. Durante ese período, según sostuvo la acusación pública, sometió a su exnovia, S.V.A., a multitud de llamadas de teléfono con numero oculto, mensajes de móvil y correos electrónicos de carácter intimidatorio. Con tales acciones, pretendía, tal y como sostuvo el fiscal, 'atemorizarla y controlar su vida diaria'. En apenas seis meses, el procesado envió 499 mensajes a S.V.A. con la finalidad de acosarla. Uno de ellos, del 31 de agosto, contenía el siguiente texto: 'Tomas todo a broma, vamos a esperar a tu novio cuando llegue a casa y le vamos a dar un pequeño susto'. En otro, del 5 de septiembre, el encausado amenazaba con violarla. Además de mensajes y llamadas, Jonathan José C.A., el 20 de septiembre, esparció por la localidad de Bande numerosos panfletos con una foto de S.V.A., que simulaban ser anuncios de prostitución. En ellos, se reseñaba el domicilio de la víctima como un prostíbulo.
Días más tarde, el procesado también llegaría a llamar a una compañía telefónica para dar de baja el número de móvil de S.V.A., ya que la víctima había restringido las llamadas entrantes para contener la situación de acoso. Para conseguirlo, aportó, entre otros datos, su DNI y el número de su cuenta bancaria. El procesado también realizó otras tres llamadas al domicilio de la víctima, el 1 de noviembre del 2009, desde una cabina. Esta situación continuada de acoso hizo que S.V.A. tuviese que recibir atención médica por una crisis de angustia y pánico.
Días más tarde, el procesado también llegaría a llamar a una compañía telefónica para dar de baja el número de móvil de S.V.A., ya que la víctima había restringido las llamadas entrantes para contener la situación de acoso. Para conseguirlo, aportó, entre otros datos, su DNI y el número de su cuenta bancaria. El procesado también realizó otras tres llamadas al domicilio de la víctima, el 1 de noviembre del 2009, desde una cabina. Esta situación continuada de acoso hizo que S.V.A. tuviese que recibir atención médica por una crisis de angustia y pánico.
