Amor separado por fronteras: “É moi complicado vivir así"

"El amor no es turismo", esto claman las parejas no casadas que se ven afectadas por los cierres de fronteras y restricciones en distintos países como consecuencia de la pandemia. El movimiento, que nació en redes sociales, busca que los gobiernos reconozcan su derecho a encontrarse, por lo que algunos estados europeos ya perfilan procedimientos para que puedan pasar tiempo juntos. Los viajes, planeados para los meses que coincidieron con el confinamiento, se sumaron al tiempo que, por estudios o trabajo, algunos ourensanos no vieron a sus parejas. Primero el cierre de fronteras y, ahora las cuarentenas obligatorias, suman más piedras en su camino. Por eso, muchos lo pidieron y los escucharon. Diez países europeos permitirán que viajen, con ciertas condiciones. En el caso de España será posible a través de las oficinas consulares presentando un documento acreditativo en que se garantice "una relación estable y asumible a una pareja de hecho", señalaron desde el Ministerio de Asuntos Exteriores la pasada semana. Pero no todo es tan sencillo. Alemania forma parte de ese grupo de países que permiten el reencuentro, pero España se encuentra dentro de la lista a la que se obliga a los viajeros a hacer cuarentena al llegar a tierras germanas. Esto afecta a Nerea Casas y Miguel Rúa, una pareja que vive a casi 2.000 kilómetros de distancia y que se ven abocados a mantenerse aislados dos semanas a su llegada al país.Adán Iglesias reside en Exeter, en el Reino Unido, estado que no se suma a esta iniciativa. La cuarentena que se impone en el país a los españoles pone en riesgo su propio puesto de trabajo en caso de venir a Ourense a ver a su familia. Meses sin verse Macarena Rodríguez pasó nueve meses sin ver a su pareja. Cuando la fecha se acercaba, el estado de alarma se decretó y no pudo viajar a Estambul, donde él residía. "Tenía la esperanza de que igual habría una posibilidad de ir, pero no pudo ser", recuerda. Hasta que llegó julio no se reencontraron, tras muchas horas de videollamadas: "Nos perdimos muchas fechas importantes juntos", lamenta. “Non sabemos a próxima data na que nos veremos" 1.930 kilómetros, eso es lo que separa a Nerea Casas de su pareja, Miguel Rúa, que residen en una localidad próxima a Múnich (Alemania). La última vez que se pudieron ver fue a principios de julio y, la evolución de la pandemia en España, pone en duda la próxima fecha en la que estarán juntos de nuevo. "É moi complicado vivir así, temos moitas incertezas polo que ocorerrá", cuenta esta vecina de Cualedro. En cuanto fue posible, se lanzó cara Múnich para ver a su pareja después de cinco meses y medio. "En canto abriron fronteiras collín un avión desde Portugal e marchei para Alemaña, agora non pechan pero a corentena non axuda", recuerda Casas. El gobierno alemán impuso este mes la normativa por la que los viajeros españoles se tendrán que aislar a su llegada al país: "El xa non podería vir e eu tería que pasar dúas semanas illada sen estar coa miña parella", explica. Estas decisiones complican más su reencuentro y Casas piden facilidades para que las parejas se reencuentren. "Isto non é algo turístico, poden controlar que eu vou á casa dunha persoa en concreto cunha dirección e domicilio", afirma. Esto es posible acreditando la relación con una serie de documentos, pero la situación epidemiológica no hace a los españoles bienvenidos en Alemania. "Tal e como estamos non podo pensar en cando viaxaremos, porque non sabemos a próxima data na que nos veremos", lamenta. Por el momento, en la distancia lo pasan "mal" ambos sin poder marcan en el calendario ese día tan esperado para encontrarse. “Viajar a España me supondría dejar el trabajo" En febrero comenzó la andadura de Adán Iglesias por tierras británicas. A Exeter, en el condado de Devon, se mudó solo sin llegar a imaginar todo lo que llegaría un mes después. Novia, familia y amigos se quedaron en Ourense, lejos de esta aventura que, pandemia de por medio, les impide reencontrarse. "El confinamiento fue muy difícil de vivir para mí aquí solo", recuerda. Las videollamadas se volvieron esenciales a diario en los últimos meses. En mayo, cuando se comenzaban a levantar algunas restricciones, se hizo con un vuelo para España. Gracias a que el establecimiento hostelero en el que trabaja estaba cerrado, pudo pasar aquí un mes con todos ellos. "Los echaba de menos, especialmente a mi novia, por eso en canto encontré un viaje volví", recuerda. Su regreso a Reino Unido estaba prefijado en función de la cuarentena impuesta a los llegados desde España y a su posible incorporación a su empleo. La cuarentena sigue impuesta y eso supone un "trastorno" para este ourensano a la hora de tener que desplazarse a España. Un master que ha comenzado online lo obligará a ir a Madrid unas cuantas semanas, con posible escalada en Ourense, y con sus consecuencias a la vuelta al Reino Unido. "Viajar a España me supondría tener que dejar el trabajo, ya que tendría que estar allí unas semanas más luego los quince días de cuarentena", detalla Iglesias. El país británico, que no se ha sumado a la causa de "El amor no es turismo", mantiene unas duras restricciones que este ourensano padece desde hace meses.