El BOE publicó ayer la autorización ambiental otorgada por el Ministerio de Medio Ambiente a la ampliación de la central hidroeléctrica de San Pedro, que provocará dos nuevas reducciones de caudal en el Sil durante las obras.
El Ministerio de Medio Ambiente otorgó la Declaración de Impacto Ambiental para ampliar la central hidroeléctrica de San Pedro, situada en el río Sil a su paso por Nogueira de Ramuin, que promueve la compañía Iberdrola. Se trata de una obra similar a la que dicha empresa está acometiendo en el embalse de San Estevo, en el mismo río. Ambas actuaciones con sisten en la excavación de un túnel subterráneo para instalar una nueva turbina y ganar potencia de producción eléctrica.
Entre los principales impactos de la obra destaca la afectación sobre el caudal del río, que debe mantener un mínimo de 3.360 litros por segundo. Además, será necesario reducir el nivel del embalse en dos ocasiones (no especifica la duración de cada una de ellas, si bien en este tipo de obras suelen ser en los meses de verano), que no podrá situarse por debajo de los 112 metros sobre el nivel del mar y, además, debe evitar descensos bruscos. También la obra que se está rea lizando en el embalse de San Estevo obligó a dos reducciones de caudal: una el pasado verano y otra prevista para el próximo (de mayo a septiembre).
Además, la obra causará impacto en el paisaje de la Ribeira Sacra, uno de los principales destinos turísticos de Ourense, y el ministerio considera que existe un posible efecto negativo, por la reducción del número de visitantes. No obstante, su visibilidad y afección al paisaje desaparecerán una vez que finalice la construcción, pues las nuevas instalaciones se ubicarán bajo tierra y no se verán cuando terminen las obras.
La ampliación de la central hará necesario retirar 53.150 metros cúbicos de escombro, que Iberdrola usará para restaurar una cantera abandonada en la zona (fuera ya del Cañón del Sil).
Prevención
Medio Ambiente requiere también la instalación de sistemas de contención para el aporte de materiales sólidos y vertidos accidentales de hormigón, aceites y combustibles durante las obras, así como cubetos de recogida de aceite por posibles vertidos de los transformadores durante el funcionamiento de la central.
Entre los principales impactos de la obra destaca la afectación sobre el caudal del río, que debe mantener un mínimo de 3.360 litros por segundo. Además, será necesario reducir el nivel del embalse en dos ocasiones (no especifica la duración de cada una de ellas, si bien en este tipo de obras suelen ser en los meses de verano), que no podrá situarse por debajo de los 112 metros sobre el nivel del mar y, además, debe evitar descensos bruscos. También la obra que se está rea lizando en el embalse de San Estevo obligó a dos reducciones de caudal: una el pasado verano y otra prevista para el próximo (de mayo a septiembre).
Además, la obra causará impacto en el paisaje de la Ribeira Sacra, uno de los principales destinos turísticos de Ourense, y el ministerio considera que existe un posible efecto negativo, por la reducción del número de visitantes. No obstante, su visibilidad y afección al paisaje desaparecerán una vez que finalice la construcción, pues las nuevas instalaciones se ubicarán bajo tierra y no se verán cuando terminen las obras.
La ampliación de la central hará necesario retirar 53.150 metros cúbicos de escombro, que Iberdrola usará para restaurar una cantera abandonada en la zona (fuera ya del Cañón del Sil).
Prevención
Medio Ambiente requiere también la instalación de sistemas de contención para el aporte de materiales sólidos y vertidos accidentales de hormigón, aceites y combustibles durante las obras, así como cubetos de recogida de aceite por posibles vertidos de los transformadores durante el funcionamiento de la central.
