La víctima sufrió una cuchillada en el cuello que le provocó una cicatriz de 9,5 centímetros

Un anciano acusado de intentar matar a un compañero de piso dice que sólo se defendió

El acusado, José López Nóvoa, en el juicio en la Audiencia. (Foto: Miguel Angel)
Las diferencias entre dos compañeros de piso, ambos jubilados, no se saldaron con una mera discusión sino que cada uno echó mano de sus mejores armas. Uno, un spray de pimienta y una cabilla de hierro. El otro, un cuchillo de pelar manzanas que le clavó en el cuello a su oponente. Por estos hechos, acontecidos en marzo de 2005 en la ciudad, José López Nóvoa (84 años) se enfrenta a una pena de prisión de hasta ocho años de cárcel por intentar matar a Ovidio Martínez (78 años).
Las enconadas relaciones de dos compañeros de piso llegaron ayer a la sala de vistas de la Audiencia provincial. Pero ambos no eran dos inquilinos al uso, sino ancianos que compartían vivienda y cuyas relaciones se fueron tensando con la convivencia. Hasta el punto de que uno de ellos, José López Nóvoa, de 84 años, se sentó en el banquillo de los acusados por tentativa de homicidio.

Este último, ahora en libertad provisional, negó en el plenario que quisiera matar a su compadre de cuitas domésticas, Ovidio Martínez Congil (78 años). Según dijo, sólo trató de defenderse con un cuchillo de pelar manzanas que le clavó en la yugular provocándole una cicatriz de 9,5 centímetros. Antes, la víctima le había rociado la cara con un spray de pimienta, normalmente utilizado por las fuerzas de seguridad como arma defensiva. Aseguró que lo hizo porque ese día le sorprendió que José ya se hubiera levantado (eran las 9 de la mañana) y pensó que le iba a agredir cuando lo vio en el baño.

Tanto uno como el otro no reconocieron enemistad manifiesta entra ambos, aunque Martínez Congil aseguró que creía que a su ex compañero de piso le había sentado mal que lo hubiera acercado hasta un desgüace en Untes y le hubiera cobrado la gasolina.

Ambiente tenso Pero lo cierto es que la agresión que aconteció el 17 de marzo de 2005 está incursa en un ambiente muy tenso que se había gestado días antes cuando entre ambos hubo una discusión y el octogenario, carnicero de profesión, le causó una pequeña lesión el cuello con un cuchillo. Un ciudadano argentino que en aquella época pasaba unos días de vacaciones en la vivienda -en el cuarto de un tercer compañero de piso que estaba ausente- declaró por videoconferencia y fue tajante a la hora de asegurar que ‘ambos iban preparados para la lucha’.

La sala deberá dedicir sobre si José López tuvo intención de matar a su compañero, tal como sostiene la fiscal y la acusación particular o bien sólo atacó a su contrincante para defenderse, la versión que plantea su abogado defensor. Las acusaciones insistieron también en que tan siquiera tuvo el propósito de socorrerlo, ya que se encerró en su cuarto. Los policías locales que acudieron al domicilio reconocieron que incluso cuando le interrogaron para conocer lo sucedido les dijo: ‘A éste lo liquido yo antes que a mí’.

Las acusaciones destacaron el hecho de que la lesión se produjo en el cuello en donde una herida con arma blanca puede causar complicaciones importantes -extremo confirmado por los forenses- por un shock hemorrágico.

El abogado defensor apeló a la legítima defensa y al miedo que la víctima le provocaba porque es más joven (seis años) y corpulento. Habló de ‘simple pinchazo’ ya que, tal como también reconocieron los forenses, sólo quedó ADN de la víctima en la punta del cuchillo. Enmarcó los resultados lesivos en una pelea en la que Ovidio Martínez fue el primero que comenzó (fue el que roció con spray al inculpado).

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