La provincia de Ourense cerró este lunes un año hidrólógico –del 1 de octubre al 30 de septiembre de cada año– que fue más seco de lo normal y mucho más, si cabe, que el año anterior, que tras sus grandes aguaceros había conseguido sacar a la provincia de la temporada de fuerte sequía que vivió en 2017.
Las precipitaciones registradas durante los 12 meses ascendieron a 1.049 litros por metro cuadrado, un 10% menos de la normalidad que marca la media histórica desde el año 1980, y mucho menos, hasta un 16%, que en 2017/2018, cuando se sobrepasaron los 1.216,1 l/m2.
Pese a la ligera escasez de precipitaciones a lo largo de la provincia, solo tres meses son calificados como "secos", según el análisis de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS); mientras que hasta cinco fueron espacialmente lluviosos.
3 meses secos; 5, lluviosos
Durante los últimos 12 meses de año hidrológico, destacan como secos mayo, febrero y octubre; mientras que fueron denominados como húmedos los meses más veraniegos (junio, julio y agosto), además de abril y noviembre. La CHMS corrobora con estos datos que el verano fue atípico, pero incapaz de paliar el déficit hídrico respecto a la media histórica.
Pese a estos datos, no se puede hablar de una situación preocupante, como sí se vivió en 2016/2017, cuando el registro de precipitaciones se quedó en tan solo 722,1 l/m2 , lo que supone un 41% menos que lo registrado durante el que ahora finaliza, cerca de un 30% menos de lo normal.
En términos globales, la semana más lluviosa del año fue la segunda de noviembre, donde se acumularon hasta 132,5 litros por metro cuadrado; seguida de la última de enero, con hasta 96 l/m2 y la tercera semana de noviembre, donde se acumularon 82,7 l/m2.
Lucha de colosos: el río Miño cierra el año con el triple de agua que el Sil
Este pequeño déficit de precipitaciones se deja notar, aunque de forma poco drástica, en el nivel de agua embalsada. Los embalses hidrológicos han cerrado el año 2018/2019 al 61,86 % de su capacidad máxima, es decir, un 1,32 puntos menos que la cantidad de agua embalsada hace justo un año y 1,16 puntos menos que el llenado medio histórico en estas fechas del año, que escala al 63,02 %.
En cuanto a los caudales de los ríos en las distintas estaciones que la Confederación Hidrográfica Miño-sil tienen en la provincia, sí que dan fe de la ausencia de precipitaciones en comparación con otros años.
Así, los ríos cierran este año hidrológico con un 22,5% menos de agua de lo normal,abarcando desde el -61,1 % y -62,9 %, en el río Avia, en Ribadavia y Leiro, respectivamente, y unos máximos de +16,4% y -6,7 %, en el río Sil en O Barco de Valdeorras y el río Arnoia a su paso por la localidad de Arnoia, respectivamente. El que presenta una peor situación es el río Limia, seco a su paso por Xinzo de Limia, según los datos de la CHMS, mientras que apenas transporta 0,34 metros cúbicos por segundo a su paso por Ponte Liñares (Bande).
En el caso del principal río de la demarcación, el Miño, circula a su paso por la ciudad con un 18,8% menos de agua de lo habitual a estas alturas del año, pero con el triple de agua que el Sil (97,4 m3/s frente a 33,7).
