OURENSE

Dos años de cárcel por publicar las fotos íntimas de una amiga

El inculpado subió las imágenes a dos redes sociales porque la joven no accedió a ir a cenar con él

Juan Carlos Linares Arias, de 48 años, lo reconoció desde un principio, cuando la víctima y la Policía Nacional llegaron a él siguiendo el rastro de sus mensajes con contenido sexual a través de internet. Y ayer no fue menos cuando le tocó rendir cuentas ante el Juzgado de lo Penal 2, el encargado de enjuiciar el caso, por lo que ni tan siquiera fue necesaria la celebración del juicio ya que aceptó la pena que le ofreció el fiscal si llegaba a una conformidad: dos años de prisión por un delito de revelación de secretos.

Linares Arias admitió que sustrajo del móvil y portátil de una amiga suya unas fotos íntimas, al tiempo que consiguió si su autorización la contraseña que ella utilizaba en dos conocidas redes sociales. Alguna de esas fotos las publicó en la página web "milanuncios.com", con un texto que decía: "Soy una chica de Ourense, para pasar el rato y lo que surja". La chica, que entonces tenía 25 años, también recibió en su correo electrónico mensajes con contenido sexual desde una dirección que era empleada por el acusado ([email protected]). El inculpado incluso la llegó a chantajear el 18 de junio de 2011 a través de mensajes enviados a su móvil en los que el acusado le exigía que quedara con él, reclamándole discreción ya que de lo contrario amenazaba con publicar una fotos suyas en las que aparecía desnuda y en ropa interior. Seis días antes, ya le había propuesto que saliera a cenar con él. Algunas de esas instantáneas fueron subidas por el encausado a las cuentas que la joven tenía en Facebook y Tuenti, utilizando las contraseñas que en su día le había sustraído.

El acusado había conocido a la chica cuando ella trabajaba en un establecimiento de hostelería de la calle Sáenz Díez de la ciudad que él frecuentaba. Incluso la víctima se hizo amiga de la entonces novia de Juan Carlos Linares.

De hecho, las fotografías las pudo obtener cuando, en cierta ocasión, le prestó a la novia del encausado el ordenador portátil, con toda la información que contenía el terminal. Asimismo, otra vez le pidió prestado el teléfono con el pretexto de conectarse a internet.

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