“EN CINCO AÑOS, PODEMOS TENER LA MITAD DE NUESTRA ACTIVIDAD FUERA'

José Luis Suárez, presidente de Copasa (Foto: José Paz)
La empresa ourensana Copasa ejecutará obras por 639 millones del AVE Medina-La Meca, que logró como integrante del consorcio español que consiguió un macrocontrato de 6.700 millones de euros.
¿Qué representa este proyecto para Copasa?
Es un reto muy importante para España, para las empresas que forman el consorcio, y para nosotros más si cabe, porque nos va a exigir mucho esfuerzo y trabajo. Es el mayor contrato de la ingeniería que consigue cualquier grupo o empresa española en el exterior. Vamos a construir la superestructura de la línea, el propio consorcio va a poner los trenes, Renfe los va a mover -como hace en España-, y todos vamos a mantener la línea 12 años. Es la actividad completa. En pocos países se puede encontrar un modelo tan redondo.

¿Cómo consigue la empresa participar en este consorcio?
Ha sido un trabajo de muchos años, en el que creo que hemos sabido transmitir al cliente y al consorcio del que formábamos parte que tenemos una altísima especialización ferroviaria y que podíamos aportar mucho. En este consorcio estamos los que hemos creído en él.

¿Qué desafíos representa?
Conocemos muy bien este tipo de trabajo con el que nos vamos a enfrentar porque lo hemos hecho repetidas veces en España. Hemos participado en todas las líneas de alta velocidad española, que se encuentran en la vanguardia mundial de la alta velocidad. Creo que estamos muy capacitados para ello. Incluso nuestra diversificación en España nos va a permitir acometerlo en mejores condiciones, si cabe. Tenemos que hacernos cargo de la construcción de la vía y el suministro de los materiales que la conforman (carril, traviesas y balasto) y en España tenemos fábricas de esos materiales. Es replicar lo que sabemos hacer. Pero las condiciones del medio no van a ser igual de favorables. Hay un reto técnico por las temperaturas extremas que se alcanzan en el desierto y otra dificultad son las zonas muy arenosas, donde hay un gran movimiento por tormentas de arena. Pero es algo que creemos que podremos hacer.

¿Han tenido que aportar soluciones específicas?
Todos los miembros del consorcio, cada uno en su especialidad, estamos en ello. Nosotros creemos que la actividad empresarial necesita como combustible el conocimiento, una estructura humana con alto grado de formación y especialización y, dentro de esto, ser capaces de desarrollar herramientas. Prestamos gran atención a la innovación, desarrollar lo que creemos que puede ser útil. Nos presentamos fundamentalmente por ello y en este contrato se va ver más claramente.

¿Se podrá trasladar este sistema de consorcio a otros contratos?
Yo creo que debería ser un objetivo de país. Teniendo en cuenta las dificultades que está atravesando el sector en España, la internacionalización es clave y, dentro de ella, mejor sectores con más valor añadido o menos competencia técnica. Por nuestra capacitación, es una aspiración clara, es por donde nos gustaría ir. Si esto funciona bien, será el mejor escaparate para ello.

¿Pero hay algo ya concretado?
Son proyectos de muy larga gestación. Llevamos casi seis años en éste. Estamos en otros, también de alta velocidad, en distinto grado de desarrollo. Pero hasta que llega la fase final, estos proyectos no son 'nada'.

¿Qué países constituyen su objetivo a nivel internacional?
Estamos ya en varios países y estudiamos proyectos en otros, en cada uno según las circunstancias, pero haciendo lo que hacemos aquí, como infraestructuras, servicios o energía. En América estamos en Brasil, Chile y México y, en fase de tentativa, en Perú y Colombia. En Europa, en Bulgaria, Rumanía y en Polonia también en tentativa. Además, tenemos algún contrato en el norte de África.

¿Está el futuro fuera?
Estar en el mercado internacional es obligado, necesario pero muy difícil. Frivolizar con la internacionalización es peligroso. Nosotros estamos fuera ya desde hace unos seis años, y le tenemos mucho respeto. Vamos creciendo, pero es difícil.

¿Qué volumen de negocio representa el mercado exterior?
Pues aún no es una cifra especialmente importante, pero esperamos que vaya aumentando. En la actualidad debemos estar en torno al 10%, pero creemos que dentro de cinco años podemos tener más de la mitad de nuestra actividad fuera.

Copasa facturó 540 millones en 2010, manteniendo el nivel del año anterior. ¿Cómo lo logran en este contexto de crisis?
Estando muy atentos a optimizar todos los recursos, pero siendo conscientes de que va a costar mucho. En 2011 mantenemos la cifra o quizá sea ligeramente inferior. De ahí la intención de buscar alternativas.
¿Qué proyectos tienen en España?
Realmente estamos administrando la cartera que teníamos, porque hay muy poca licitación nueva y en los próximos años va a haber una reducción clarísima. No veo que en construcción vaya a haber alternativas. Le echamos toda la imaginación que podemos, diversificamos en otros mercados, pero hay que pensar en el negocio fuera.

Entre las obras pendientes en España está el AVE gallego, ahora en el aire por la situación económica, pero también las voces que cuestionan su rentabilidad. ¿Cómo ve el debate al respecto ?
Aunque somos parte interesada, hablando como ciudadano creo que es un proyecto necesario e imprescindible para Galicia. Los gallegos tenemos que convencernos de que lo merecemos. Más allá de las dificultades del momento y de que habrá que compaginar los deseos con las posibilidades, creo que no se debe discutir la rentabilidad en términos puramente monetarios, un concepto menor todavía que el económico. Por supuesto que es rentable, económica y socialmente, y eso es lo que debemos defender. Es algo a lo que no podemos renunciar. n

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