SENTENCIA

Cinco años de prisión por atracar una carnicería e intentarlo en una tienda

El acusado estaba interno en un centro de León cuando se fugó 

Manuel Rivera Sequera reconoció los robos violentos en los que tomó parte en agosto de 2011 y aceptó una pena de casi cinco años de prisión. La fiscal solicitaba inicialmente una pena de seis años y siete meses de prisión pero se la rebajó al aplicarle un atenuante de drogadicción hasta dejarla en cuatro años y nueve meses.

Los hechos que llegaron ayer al Juzgado de lo Penal 1 ocurrieron a lo largo del mes de agosto. El inculpado estaba internado en el centro La Mata del Páramo (León), gestionado por la ONG Remar de esa comunidad autónoma.

Riveira Sequeira concibió entonces que podía desplazarse a Ourense para perpetrar algún atraco. Para ello necesitaba un medio de desplazamiento, por lo que accedió a un Opel Astra que se encontró abierto y con las llaves puestas.

Once días después de llegar a la ciudad perpetró su primer asalto a un comercio. Escogió una carnicería del número 78 de la calle Alfonso Rodríguez Castelao de la ciudad a la cual accedió con la cara tapada con una gorra y una media tipo "braga" que sólo le dejaba al descubierto los ojos. Una vez dentro, rebuscó en los cajones y cómo no halló nada de interés le colocó una navaja en el cuello a la propietaria para que le entregase el dinero. Toda vez que obtuvo los 600 euros que le entregó la carnicera se dio a la fuga en el coche que había robado en León.

Tres días después, entró a un comercio de alimentación del número 38 de la calle Manuel Murguía, en donde amenazó con pegarle un tiro al dueño si no le daba dinero. Pero el propietario de la tienda se abalanzó sobre el acusado, lo que hizo que este le propinara un puñetazo (sufrió una contusión en la órbita derecha). La esposa de la víctima salió en su defensa y le atizó con un palo de fregona, momento en el que el acusado perdió la braga que cubría su rostro así como la cazadora, efectos que quedaron en el establecimiento cuando Manuel Rivera salió corriendo. En la prenda de vestir llevaba un cuchillo de cocina y una pistola de plástico de imitación.

El inculpado fue detenido el 23 de septiembre de ese mismo año cuando pretendía acceder al coche que estaba usando y que había dejado estacionado en la calle Urano, en el barrio de Covadonga.

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