'Antes no era normal, ahora es una ruina'

En 42 años que lleva en el sector de la construcción, el empresario José Lage sostiene que nunca se había producido una crisis de tal envergadura como la actual. 'Hubo altos y bajos, pero las crisis duraban uno o dos años y luego se pasaban. Ésta no', manifiesta. Y, con el camino que lleva la actual recesión económica, considera que la salida todavía no está cercana. 'El futuro dirá, pero lo veo muy difícil. Hasta 2015 o 2016 seguirá igual', sostiene.
Este constructor del sector residencial explica que los indicios del parón de la actividad se dejaron ver ya antes de que se sintiese en la sociedad en general, a finales de 2007. Ya desde la segunda mitad de 2006 se notaba un descenso de las ventas, que continuó en 2007, pero se agravó en 2008, 2009 y 2010. 'Y 2011 sigue igual', precisa. En todo caso, reconoce que la situación que existía antes 'no era viable', porque las viviendas se vendían casi solas, con casos de dos o tres por semana. 'Y más se hicieran, que más se vendían', explica. 'Eso no era normal, pero lo de ahora es una ruina', indica, porque las operaciones que antes hacían en solo una semana, ahora las realizan en un año.

'La gente anda escasa de dinero y quiere el crédito al 100%, pero no se lo dan', explica Lage. No obstante, una de sus mayores preocupaciones es la competencia desleal de los bancos. 'Quieren vender sus pisos y para ellos dan hipotecas al 100%, pero para los otros no', explica, asegurando que ha tenido ya apalabradas varias ventas y cuando el cliente fue al banco a pedir la hipoteca, se echó atrás ante las condiciones más favorables que le ofrecían para sus propiedades.


POCA PREVISIÓN

Muchos constructores no vieron lo que se venía encima. 'Había que prever que llegaría un momento en que no se iba a vender', sostiene, recordando que muchos profesionales del sector han acabado muy mal, con embargos no solo de los pisos construidos, sino de la propia vivienda. Considera que los que siguen es gracias a que fueron más precavidos y realizaron reservas para poder afrontar el futuro.

El efecto sobre el empleo también ha sido importante. De hecho, en el último edificio que ha construido, trabajaron, a través de contratas, unas 70 personas y ahora, buena parte de ellos están en paro.

Así las cosas, de momento no se plantea iniciar ninguna nueva obra. 'A ver cómo va el país, pero de momento, esperaremos', afirma.

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