El fundador de 8Belts.com habló de algunas de las claves a tener en cuenta para alcanzar el éxito profesional
"Non podes acadar máis ca ninguén facendo o mesmo que todos". Esta es una de las premisas con las que Anxo Pérez, el fundados de 8Belts.com, partía cuando decidió apostar fuerte por una metodología diferente en la enseñanza de un idioma y, más concretamente, del chino. Tres años después de salir al mercado, su empresa ha crecido un 2.000% y ha pasado de uno a 40 empleados, cuenta alumnos en más de 30 países y tiene entre sus clientes a firmas como Telefónica, el Banco de Santander y el Real Madrid.
Para llegar hasta ahí, Pérez tuvo que recorrer un largo camino -más de 35.000 horas de trabajo-, que le reportó una serie de experiencias que ayer compartió en el Foro La Región, en el que quiso llamar la atención no tanto sobre el éxito alcanzado sino sobre "o esforzo" que conduce hasta él. Para empezar, Pérez destacó la importancia de conocer las virtudes de cada uno. "O éxito non está en mellorar os nosos numerosos defectos, senón en explotar as grandes virtudes que teñamos", aseguró, reivindicando además la necesidad de "reducir o número de críticas" incluso a los mandatarios puesto que, a su juicio, "para merecer bos políticos, hai que saber aplaudirlles". Del mismo modo, situó "a sede" como el primer peldaño de la escalera del éxito. "Os problemas de España non os vai resolver nin o FMI nin o Banco Central Europeo, ímolo resolver nós", sentenció.
La determinación y la capacidad de elección son otros de los dos elementos apuntados por Anxo Pérez para alcanzar un objetivo. En este sentido, defendió la importancia de que "o timón da túa vida sexa a elección, non a inercia", alertando de los peligros de la monotonía. "Con ela non se sofre, pero se non hai riscos, non se crece", aseveró en el momento en el que defendía que "a crise non é o noso inimigo porque nos obriga a mellorar".
Para este empresario de éxito, "emprender é tremendamente difícil. Que ninguén diga que é doado pero que ninguén diga que non merece a pena". Lo importante, cree, es focalizar, es decir, centrarse en esa área en la que uno es el mejor.
En su caso, su empresa partió de la tesis de que "no século XXI non podiamos utilizar métodos do XVI", tratando de solventar lo que, a su juicio, son los errores de la enseñanza de idiomas: que el protagonista sea el profesor y no el alumno, la selección de la información que se ofrece y la retención de la misma. Con su método, sostiene, es posible hablar chino en ocho meses si se le dedica media hora diaria de estudio.
