CONTAMINACIÓN - LIMPIEZA

Aparece un vertido de botellas de gas en una pista de Seixalbo

La denuncia de un vecino hizo posible recogerlos y evitar probables incendios o incluso explosiones

La denuncia de un vecino de Seixalbo, Vicente Vázquez, hizo posible retirar ayer alrededor de 50 cartuchos de gas inflamable que permanecían abandonados desde hacía "más de un año", según apuntó, en una pista cercana a esta localidad.

En concreto se trataba de 50 botes de la marca Rothemberger que contenían una "mezcla especial de gas para una soldadura de alto rendimiento", según reza el prospecto de este producto, que, además, avisa que es "altamente inflamable", por lo que se recomienda "proteger de la luz directa", y no tener "al alcance de los niños, no transportar en el equipaje ni por tren ni en avión, mantener lejos de las fuentes de encendido y no fumar en sus cercanías". Curiosamente, junto a estos botes se encontraban sendos cargadores de mechero, todo ello expuesto, al estar al aire libre y en una vereda de una pista próxima a Seixalbo, a las elevadas temperaturas -cerca de los 40 grados en algunos momentos- del verano ourensano.

Según explica Xosé Santos, miembro de Ríos Limpos, "los cartuchos estaban todos vacíos menos uno y entre los componentes de su contenido estaban el metilacetileno o el propileno". Estos datos le llevan a pensar que, "aunque no hay rastro de quién haya podido dejar esto aquí, lo más probable, teniendo en cuenta que hablamos de un material destinado a soldadura, es que fuera un taller".

En la ficha de datos de seguridad de este producto se avisa que "en combinación con el aire pueden formarse mezclas de gases explosivas y que puede reaccionar violentamente con un material rico en oxígeno", por lo que existía un riesgo claro de explosión, de permanecer estos cartuchos abandonados mucho tiempo más. Máxime teniendo en cuenta que uno de ellos "estaba todavía lleno de gas, por lo que cualquier fuego podría haber provocado un serio accidente", señala Santos.

Los cartuchos fueron ya retirados por los miembros de la asociación ecologista y llevados a Ecourense para su reciclaje, salvo el lleno, "que fue llevado al parque de bomberos para que sirva de ejemplo de lo que no debe hacerse", explicó Santos. 

Sanciones desde los 600 euros a los dos millones

La Ley 10/2008 de residuos de Galicia establece multas que van desde los 600 euros hasta los 31.000 euros cuando los residuos no son peligrosos. Esta cantidad se dispara en caso de que exista ese plus de peligrosidad, situándose la horquilla de la cantidad posible a pagar por parte del infractor entre los 301.000 y los dos millones de euros.

En cuanto a la responsabilidad a la hora de la retirada de estos residuos, "recae en la concejalía de Medio Ambiente del Concello y, dependiendo de las características y situación del vertido, deberá coordinarse con otras instituciones u organismos", explican desde Ríos Limpos.

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