SUCESO | ANIMALES

Aparecen envenenados 14 gatos en la calle Reza

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photo_camera Vista de la zona donde aparecieron 14 gatos envenenados en los últimos días.

Una vecina dio la voz de alarma, denunciando los hechos ante la Policía Local

Los alrededores de la calle Reza ofrecían hace un par de días un espectáculo dantesco con 14 gatos envenenados en dos tandas. Una vecina, su cuidadora habitual, fue la que dio la voz de alarma al localizar el cadáver de nueve felinos en los solares situados en la intersección de las calles Reza y Doctor Fleming. Los hechos fueron denunciados ante la Policía Local, que se personó en el propio lugar. "Los agentes quedaron consternados cuando vieron meter a los gatos en un saco", indicó Antonio Estévez, portavoz del Partido Animalista (Pacma). Sin embargo, no es el único caso de intoxicación animal que se ha dado en esta zona.

La situación se complicó al aparecer días después cinco gatos más envenenados en un solar ubicado entre la calle Reza y Progreso. "Esta vecina les llevaba de comer porque no podían salir de ahí y también fueron envenenados. No me quiero poner romántico y hablar de lo impactante que puede ser estar cuidando a 14 gatos y que te los envenenen", destacó Estévez. De esta forma, se elevan a 14 los animales muertos en una semana en el mismo perímetro.

"Es una salvajada. El ayuntamiento de Ourense, o cualquier otro ayuntamiento, debería cuidar con primor estos animales, porque son los que evitan que tengamos que utilizar sustancias que vuelven por la cadena trófica al plato de la comida. Es un raticida sin efectos secundarios y los gatos tienen una utilidad manifiesta", puntualizó Estévez.

Los gatos callejeros envenenados tenían entre tres y siete años. "Es asombroso como en Oporto, Évora o Lisboa se ven platos de comida y de leche en las ventanas por la noche. Mantienen una colonia importante y perfectamente controlada, castrando a las hembras", matizó Estévez. En este sentido, desde el Partido Animalista hacen especial hincapié en la labor que tienen los felinos en la ciudad.

"Las alcantarillas que tenemos nosotros todavía en la bajante que va desde San Francisco y que se pierde en Progreso a las nuevas canalizaciones son acequias medievales. Son muy arcaicas y es imposible que no haya olor, sobre todo en verano, convirtiéndose en caldo de cultivo de ratas. Si nos cargamos a los gatos, lo único que hacemos es llenar de veneno a la sociedad", destacó Antonio Estévez.

Las intoxicaciones fueron denunciadas ante la Policía Local pero aún no hay de los posibles responsables. "El maltrato animal es punible, delito ya, aunque se lleva con mucha lasitud por parte de las instancias judiciales", concluyó. 
 

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