Las armerías ourensanas venden más de 10 esprays pimienta a la semana

Los pinchazos en las discotecas, la sumisión química o la reactivación de la vida nocturna tras el covid han reabierto el debate social sobre la necesidad de autoprotegerse, lo que también ha generado una nueva vía de negocio. La venta de productos legales para la defensa personal ha aumentado considerablemente en los últimos años, como reconocen los establecimientos consultados, y cada día se hace más de una compra en la ciudad por este motivo. Aunque también se venden pequeñas navajas, los esprays pimienta homologados están en auge por la demanda de quienes buscan caminar seguros. O más bien seguras, ya que la mayor parte de la clientela son mujeres. Y no solo jóvenes, también otras de más edad que salen pronto de casa para trabajar o llegan a casa a altas horas. También acuden padres con la idea de comprar estos artículos para sus hijas, parejas o cazadores que quieren evitar ser atacados por animales. La estimación de las armerías de la ciudad es que se venden diez o más esprays pimienta a la semana, aunque la cifra es variable. En Armerías Jardín, ubicada en el Posío, señalan que “además del incremento de los últimos años, estas compras van muy ligadas a noticias de sucesos ocurridos en la ciudad o en Galicia”. Es decir, cuando se produce un caso de agresión sexual o física, las ventas de de autoprotección repuntan. Rosa, de la armería Deportes El 21, anima a comprar estos productos: “No vas a estar esperando a que te pase algo, muchas chicas pasan mucho miedo y otras ya sufrieron algún que otro problema”, indica. “Es normal que quieran protegerse”, añade. Cuando se vive una situación de apuro, se recomienda tener el espray a mano, ya que “el tiempo es clave y a veces se tarda demasiado en encontrarlo dentro un bolso con demasiadas cosas”, señalan de Deportes El 21. “Hay que apuntar a la cara -a los ojos- y disparar, pero no acercarse demasiado. Además, hay que girar un poco la cara porque puede causar efecto rebote”, explica. En Armerías Jardín indican que la persona que recibe el chorro puede verse afectada hasta tres cuartos de hora. La pimienta causa lloros y se pierde la visibilidad. Además, existe una modalidad que deja una marca invisible en la cara. La policía puede llegar a averiguar, apuntando con una luz ultravioleta al atacante, si recibió el disparo.