Alberto Vázquez, de Ramirás, volvía a casa tras comprar jamones

Asesinado de un tiro un emigrante en Venezuela

La violencia que se vive en Venezuela se cobró la vida de otro ourensano. En esta ocasión la víctima es Alberto Vázquez, de 61 años, oriundo de Grixó (Ramirás), que emigró al país suramericano hace más de 30 años. En la actualidad, regentaba un negocio de aparcamientos en la capital venezolana.
Todavía se desconocen los pormenores de su muerte, dado que el cadáver lo encontró uno de sus hijos después de que un conocido de la familia le alertase de que su coche estaba estacionado en un refugio al lado de la autopista Francisco Fajardo, al este de la ciudad de Caracas. El citado refugio, al parecer una estructura habitual en las vías de comunicación venezolanas, fue habilitado para que los conductores puedan parar y estacionar ante una posible tormenta o cualquier otra inclemencia meteorológica.

El crimen se produjo a media tarde del sábado, aunque en Ourense se conoció ayer, cuando Alberto Vázquez salió de su vivienda en compañía de un amigo, con el objetivo de comprar jamones en un negocio de Mariches, en la misma capital.

Tras realizar las compras, el fallecido regresó solo y de momento se desconoce lo que pudo haber pasado para que le dispararan.

Según daba a conocer ayer el diario venezolano El Universal, un amigo suyo fue el que dio la alerta al percatarse de que su vehículo estaba estacionado en el citado refugio sin observarse a nadie en el interior. Este amigo de la familia alertó a un hijo del fallecido ante la sospecha de que le pudieran haber robado el automóvil.

Así, varios miembros de la familia se desplazaron al lugar encontrando su cadáver en el interior del coche con un disparo a la altura del pecho. Al lugar aún acudió una ambulancia, pero el personal sanitario no pudo hacer nada por reanimarlo.


'LA VIDA NO VALE NADA'

El hijo del fallecido, según recogía ayer la prensa del país, no acaba de creerse lo sucedido, asegurando que su padre era un 'hombre excelente, que ayudaba a todo el mundo. No entiendo por qué hacen esto; si querían robarle, él le entregaba todo. En este país la vida no vale nada, no hay ley', aseguró.

Las piezas de jamón que adquirió con la intención de regalarlas entre sus clientes no estaban en el interior de su coche, como tampoco su teléfono móvil, por lo que la Policía venezolana trabaja con la hipótesis del robo.

El crimen mantenía ayer conmocionados a los vecinos de Ramirás, uno de los municipios ourensanos con más emigrantes en Venezuela. 'Cuando salta una noticia así, xá temos o corazón nun puño', apuntó la alcaldesa, Pilar Otilia López, aunque no tenía mucha relación con el fallecido. 'Sí conozco mucho a una prima, que también está en Venezuela y se desplaza en muchas ocasionesa Ramirás', añadió la regidora.

El fallecido tiene primos y sobrinos en el municipio, aunque no viajaba con frecuencia a su pueblo de origen.

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