Alberto del Álamo, médico de familia en el Centro de Saúde Nóvoa Santos de la ciudad, es uno de los facultativos que recurre al teléfono como vía para atender consultas.
¿Qué ventajas presenta la asistencia telefónica?
Sobre todo, la agilidad en la resolución de cada consulta, ya sea médica o de enfermería, y también beneficia la accesibilidad del paciente. Muchos de los pacientes que nos están demandando consulta telefónica es gente activa a la que encuentras en sus lugares de trabajo cuando los llamas, así que la no necesidad de desplazarse al centro ni de soportar las demoras que a veces pueden surgir es muy beneficiosa para este perfil de usuarios. Atendemos los dos extremos: el paciente anciano con problemas de movilidad y el paciente trabajador que tiene dificultad para salir de su puesto.
¿Cómo organiza su agenda para atender consultas en persona y por teléfono?
No se reparte ninguna franja de horario para cada tipo, sino que van intercaladas. Simplemente llega a la lista de pacientes que tengo en mi ordenador el aviso de la centralita con el concepto por el que se ha realizado la llamada y me adecuo a la hora que mejor le venga al paciente.
¿Cree que la atención telefónica reduce la interacción médico-paciente?
No, porque la suerte que tenemos en atención primaria es que conocemos muy bien al paciente, su entorno y su familia, así que, en casos como las enfermedades crónicas, por ejemplo, ya conocemos cuál es la situación del usuario que llama y simplemente basta con remitirle la receta que precisa para una medicación que tiene que tomar con regularidad. La meta siempre es agilizar el procedimiento.
