Las religiosas del convento de Ourense serán acogidas en otras sedes de la orden. Se desconoce el futuro del céntrico edificio de Curros Enríquez

La ausencia de vocaciones obliga al cierre a las Siervas de María

Vista general del edificio donde residen las Siervas de María.
El convento ourensano de las Siervas de María, en la céntrica calle Curros Enríquez, cerrará sus puertas dentro de dos meses, aproximadamente, siguiendo el ejemplo de las sedes de Santiago de Compostela y Pontevedra.
Según confirman desde la congregación, la falta de vocaciones ha sido determinante a la hora de tomar la decisión, puesto que hoy tan sólo son ocho las religiosas que residen en el convento, frente a las más de 20 que habían llegado a ser hace unas dos décadas. Sin embargo, la situación gallega no es exclusiva, sino que la congregación ya ha visto desaparecer conventos en Las Palmas, Alicante, Zamora, Bilbao o Cádiz, donde ahora el edificio se ha convertido en un bloque de viviendas.

'No hay gente joven y las comunidades vamos envejeciendo', explican las hermanas que todavía permanecen en el edificio y que han querido mantener su anonimato. En Galicia tan sólo quedará la comunidad de A Coruña, a donde previsiblemente serán enviadas las ocho religiosas residentes en Ourense, si bien todavía no disponen de confirmaciones certeras sobre su futuro. 'En mayo nos darán nuestros destinos y las más capacitadas nos quedaremos para recoger toda la casa, que es muy grande', relataban las religiosas. Se trata de un edificio de seis pisos más bajo que tiene un gran valor urbanístico por su céntrica ubicación, aunque las religiosas no han precisado qué futuro le augura al inmueble una vez cerrado.

Las dos hermanas ourensanas más jóvenes cuentan con 55 y 62 años, respectivamente, aunque también 'tenemos a gente muy mayor' de la que van cuidando entre ellas mismas. Frente a todo esto, la pena es el sentimiento generalizado entre las religiosas, quienes, mientras esperan que sus servicios sean trasladados a otra ciudad, aguardan a que la situación dé la vuelta y las vocaciones comiencen a volver a sumar Siervas de María. Algunos conventos españoles ya han recibido miembros de México o Perú.


AYUDA A LOS ENFERMOS

Son conocidas como las monjas enfermeras entre la sociedad porque la misión de esta comunidad ha sido siempre la ayuda a los pacientes. Desde el convento de Ourense, las monjas partían hacia los domicilios, residencias o asilos en donde sus servicios eran requeridos. Por tanto, la actividad era una constante hasta hace unos años, pero últimamente 'sólo estábamos saliendo una o dos hermanas', explican con tristeza en la voz. Su labor en la ciudad ha sido muy importante y profunda. De hecho, la hermana Luisa Armendáriz recibió la medalla de plata del Concello en 1994 en reconocimiento a 40 años de ayuda.

La congregación de las Siervas de María nació en Madrid en 1851, con el firme propósito de atender a los enfermos de forma gratuita. La iniciativa partió del sacerdote Miguel Martínez Sanz.

El día 15 de mayo de 1897 llegaron las dos primeras Siervas de María a la ciudad de Ourense, hospedándose en el Palacio Episcopal hasta encontrar casa. El día 30 de septiembre de 1897 llegaron tres hermanas más y se trasladaron a una modesta vivienda, estableciéndose la Comunidad a partir de ese día.

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