Balance desigual en el ocio nocturno de Ourense tras las navidades

Una noche en la zona de fiesta de Ourense.
photo_camera Imagen de la noche de Reyes en la ciudad (ÓSCAR PINAL).

Los locales difieren entre los que batieron “récord de pagos con tarjeta” y los que ven “insostenible” cerrar a las tres 

Las restricciones de horario en el ocio nocturno afectaron de diferentes formas a los pubs ourensanos. Si bien para algunos las medidas terminaron siendo “satisfactorias” e incrementaron sus ingresos, para otros supuso un trastorno en las ganancias. 

En la Chica de Ayer se vieron en una situación paradigmática. Pese a que las restricciones llegaron como un  jarro de agua fría, su gerente, Serafín Rodríguez, afirma que “ganamos más cerrando a las tres que a las cuatro”. Señala que la primera hora es cuando más se consume y al tener que cerrar antes, son muchos los clientes que se adelantan para consumir  ya en el pub. “El día de Fin de Año hicimos nuestro récord de toda la historia del pub de pagos con tarjeta y eso sin contar el efectivo”, explica. “La hora fuerte es la primera, aunque también pudo influir que estábamos en fiestas navideñas”. 

Su vecino de calle, Roberto Blanco, del Black, afirma que “aunque facturamos bastante más de lo esperado, es insostenible cerrar a las 3 de la mañana”. “Es evidente que esta semana íbamos a estar peor que la anterior y se vienen tiempos duros hasta carnaval”, lamenta Blanco. 

Al pub K’oba de la calle Pizarro no llegó el trasvase de gente que antes frecuentaba los bares y ahora acude a los pubs, sino que “mientras los bares puedan abrir hasta la 1, nosotros no vamos a trabajar antes”, explica su gerente Luis Miguel Moure. “Cuando todo cerraba a las 11 es cierto que nuestra hora también se adelantaba porque la gente no tenía donde beber, pero ahora mismo eso no ocurre”, afirma Moure. 

Tras las fiestas navideñas, prevén unos días complicados: “Ya no se ve gente en la calle, vemos como muchos compañeros ya ni abren o cierran antes de la hora por falta de gente”, recuerda. 

Desde el Patio Andaluz, Pablo Fagilde indica que decidieron cerrar para poder adquirir las ayudas que ofrecía la Xunta. Sin embargo, “fue peor el remedio que la enfermedad, puesto que la aglomeración de gente por metro cuadrado en los pocos sitios que abrieron fue descomunal”, asegura. 

En este caso también hacen un balance muy negativo de las medidas que ya llevan una semana vigentes: “En lo que va en esta semana, incluyendo la noche de Reyes, la afluencia de gente fue escasa pese a ser noches potentes. Entre positivos, miedo y poca solvencia económica, la gente prefiere no salir”, lamenta.

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