Un abarrotado recinto de Expourense, con un gaiteiro que entonó la esencia de la música gallega y miles de personas.Así recibió Baltar Pumar, padre, abuelo, maestro y 'político 24 horas', el homenaje a su trayectoria en la vida pública

Baño de masas para un 'titán político'

El recinto ferial de Expourense se quedó ayer pequeño para acoger el baño de masas en el que se sumergió parte de la sociedad ourensana que brindó un sentido homenaje a José Luis Baltar Pumar por su dilatada trayectoria política y personal.
Amigos, familiares, conocidos y autoridades del ámbito cultural, empresarial, político y social, tanto de la provincia como del resto de Galicia, desbordaron las previsiones iniciales de aforo para honrar a Baltar Pumar, padre, abuelo, maestro rural y, durante más de cuatro décadas, 'político 24 horas y titán de la política', tal y como afirmó su propio hijo y actual presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar.

Los asistentes al reconocimiento en honor del barón ourensano, que antecedió en el cargo en el ente provincial a su hijo durante 22 años, comenzaron a llegar a Expourense poco después del mediodía, abarrotando el recinto antes de que diese comienzo el acto, minutos después de una y media.

En el interior, antes de que tomase las riendas del acto el popular presentador Xosé Manuel Piñeiro, se sucedían las muestras de afecto y los abrazos entre quienes compartirían mesa y conversación sobre un mismo telón de fondo: la figura política de Baltar padre, un símbolo, para muchos de los presentes, del denominado 'ourensanismo'. Piñeiro, nada más tomar posesión de la palabra, quiso dejar claro que 'nunca na miña vida me pediron nada, estou aquí porque me peta, e porque te quero', enfatizó, 'pola lealdade aos que son amigos'. Fue el punto de arranque de un acto, que comenzó al son de distintas melodías tradicionales interpretadas por el gaiteiro Marcos Foxo, y que se prolongó hasta pasadas las cinco de la tarde, siendo el momento central del reconocimiento la comida multitudinaria, a cuyo término Baltar Pumar se levantó y saludó a muchos de los presentes, a los que dio un efusivo y emocionado abrazo.

El televisivo Piñeiro fue dando paso a los distintos discursos -de tres minutos tasados-, así como al video en el que se plasmó parte de la trayectoria política del homenajeado, en la que los presentes revivieron el momento en el que tomó el timón de mando de la Diputación y poco antes de recibir el retrato con el que fue obsequiado, obra de Antón Pulido. De su vida, los presentes destacaron en el acto una y otra vez 'su ourensanía', aunque sólo su hijo, Manuel Baltar, dio, entre risas, con una característica suya: 'la ubicuidad'. Y es que, dijo, 'non hai evento onde non estivese e onde a xente non o recorde'.

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