Situado en el número 77 de la calle Progreso, fue fundado en los años 40 y cerró en 1974
La lámina que distribuye hoy La Región dentro de la colección "Publicidad" con Historia presenta un anuncio publicado en el año 1963, en el que se promociona el Bar Orensano, cafetería y restaurante, que ofrece a sus clientes "un servicio esmerado para un ambiente selecto". El local estaba situado en el número 89 de la calle General Franco, la arteria principal de la ciudad. Rebautizada la calle como Rúa do Progreso, tras la nueva numeración de los edificios a la casa del Bar Orensano le corresponderá el número 77, que es el que ostenta en la actualidad, una compacta construcción de piedra situada enfrente de la Diputación y que está en desuso.
El bar fue abierto en los años cuarenta del siglo pasado por Constantino Conde y el edificio constaba de bajo y primera planta. El lugar en el que se ubicaba era un punto estratégico de la urbe, ya que en sus inmediaciones se situaba la parada principal de la mayor parte de los autobuses que entraban y salían de la ciudad, lo que garantizaba clientela la mayor parte de la jornada, entre los viajeros que aguardaban el bus para desplazarse fuera de Ourense y los que llegaban a la ciudad.
“Una mujer extraordinaria"
En 1964, Asunción Gómez Conde, vecina de Alongos, viuda y con dos hijas pequeñas, compraba, junto con un socio, el edificio y se hacía con la gestión del bar. Según recuerda su nieto, José Luis Ruiz, "era una mujer extraordinaria, una adelantada a su tiempo". Apenas dos años después de hacerse con el establecimiento, derribaron el viejo edificio y levantaron el que todavía resiste en pie en la Rúa do Progreso 77. El bajo acogía la renovada cafetería, bar y restaurante, mientras que la primera y segunda plantas serían acondicionadas como hostal.
José Luis Ruiz recuerda que el bar restaurante sobresalía por las numerosas cristaleras. "Eran un signo de modernidad en aquellos momentos y resaltaban especialmente las que separaban la cafetería y el bar del espacio dedicado a restaurante", señala José Luis Ruiz, quien destaca el gran movimiento de clientes que tenía el local. Asunción Gómez "era una trabajadora incansable", afirma con admiración su nieto, quien añade que "estaba en el hotel y en el bar desde las siete de la mañana y no se iba hasta que cerraba, bien entrada ya la noche", asegura.
Cierre del bar
Este espíritu de mujer incansable le permitió sacar el negocio y a su familia adelante y con el dinero que fue ahorrando consiguió hacerse con la propiedad de todo el edificio, adquiriendo la parte de su socio. Sin embargo, en el año 1974 decidió darle un vuelco a la situación y echó el cierre al restaurante, bar y cafetería, abriendo poco tiempo después en ese local una franquicia de la tienda de ropa y objetos para bebés Pre Natal.
El Hostal Orensano, que funcionaba en las plantas primera y segunda del edificio, continuó abierto hasta bien entrada la década de los años 80 del siglo pasado.
Asunción Gómez Conde falleció en Ourense en 1991, haciéndose cargo sus hijas de la franquicia de Pre Natal. Gestionaron el establecimiento hasta 1999, año en el que echó el cierre en el bajo de Progreso 77, trasladando la franquicia los nuevos propietarios a otro punto de la ciudad.
