TASAS DE NATALIDAD

Barbadás y San Cibrao, los únicos que aseguran el relevo generacional

photo_camera Niños jugando ayer por la tarde en la plaza del Concello de Barbadás (MIGUEL ÁNGEL)

Ambos concedllos tuvieron más nacimientos que defunciones en el año 2012, una tendencia que mantuvieron el año pasado

Los únicos concellos de la provincia que parecen tener asegurado su relevo generacional son Barbadás y San Cibrao. Ambas, según datos del Instituto Galego de Estadística, suman más nacimientos que fallecimientos en el año 2012 (último periodo escrutado hasta ahora), con 94 sobre 80 en el primer caso y 52 sobre 40 en el segundo. Esto se traduce en un crecimiento de población que se ha ido manteniendo a lo largo de los últimos años: si en 2005 Barbadás tenía 7.709 habitantes, en 2012 alcanzaba los 9.627 y, actualmente, está en los 9.779, según asegura el alcalde de la localidad, José Manuel Freire Couto. En el caso de San Cibrao, en 2005 contaba con 3.946 habitantes, pasando en 2012 a 4.708 y el año pasado a los 4.915.

Curiosamente, ni siquiera la ciudad rompe la tendencia generalizada de la provincia, donde los fallecimientos superan de largo a los nacimientos. Ourense registraba 870 nacimientos en 2012 por 1.098 muertes, y sufre un descenso de población de más de 500 habitantes en los últimos ocho años.

Más grave resulta todavía el efecto de baja natalidad traducido en descenso poblacional en varios núcleos del rural. Municipios como Gomesende, Lobeira, Parada de Sil, San Amaro o A Veiga registraron en ese año 2012 cero nacimientos y entre 13 y 32 fallecimientos -dependiendo de la población-. Esto se ha traducido en claros descensos de población entre 2005 y 2013: Gomesende pasó de los 1.105 a los 974 vecinos; Lobeira de los 1.147 a los 919; Parada de los 777 a los 704; San Amaro de los 1.361 a los 1.207 y A Veiga bajó de los 1.273 a los 1.021 del 2013.

"La principal razón de que tengamos este descenso continuo de población es la falta de trabajo, la gente joven se va y aquí sólo quedan los mayores", explica Edesio Yáñez, alcalde de A Veiga, municipio que está al borde de bajar de los 1.000 habitantes.

Caso especial es el de Cenlle, que como otros muchos municipios de la provincia no superó los dos nacimientos en 2012. Sin embargo, en 2013 subió el ratio "a cinco", según señala Gabriel Alén, alcalde de la localidad del Ribeiro, que apunta como una de las razones de esta recuperación, "las casas de protección oficial puestas por la Xunta, que trajeron a ocho familias jóvenes al municipio". Cenlle aspira a convertirse en localidad-dormitorio, "ya que contamos con buenas comunicaciones con la ciudad y el precio de la vivienda es barato, comparado con Ourense". Una opción que ya ha demostrado su eficacia en Barbadás.

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