El Barbaña, único río de la cuenca con nivel muy alto de mercurio

Los ríos de Mesón de Calvos o aboadela presentan un cauce prácticamente seco en el que se forman pequeñas charcas que se llenan con caños de procedencia desconocida de las que sale agua de color y olor nauseabundos. En pleno cauce, restos de plásticos y basura variada (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Los ríos de Mesón de Calvos o aboadela presentan un cauce prácticamente seco en el que se forman pequeñas charcas que se llenan con caños de procedencia desconocida de las que sale agua de color y olor nauseabundos. En pleno cauce, restos de plásticos y basura variada (ÓSCAR PINAL).

Si por algo destaca el río Barbaña es por su lamentable estado ecológico, que desgrana la Confederación Hidrográfica Miño-Sil en el Plan Hidrológico 2022-2027, que antes de ser aprobado está a exposición pública para recoger alegaciones. Entre los múltiples datos negativos, que le otorgan un suspenso absoluto al estado químico y un “deficiente” al estado ecológico, destaca la altísima concentración de mercurio, un metal pesado causante del aniquilamiento de la fauna piscícola, para la que resulta altamente tóxica. De hecho, según el plan hidrológico, el Barbaña es el único río de toda la cuenca que supera el límite legal permitido de mercurio, excediéndolo en más del doble de lo permitido. Es la única más de agua en el que se destaca la presencia muy relevante de mercurio, lo que supone que los peces de todo el Barbaña y sus afluentes comen y beben mercurio y se alimentan de otros animales que también lo están haciendo. 

Pero no es este el único contaminante encontrado en altísimas cantidades en las aguas del Barbaña. Siempre de acuerdo al Plan Hidrológico ahora a la vista, hay un nivel extremo de Benzo (G,H,I) Perileno, un hidrocarburo aromático también altamente nocivo y directamente ligado a la industria y vertidos ilegales: los famosos aceites que denuncian continuamente los vecinos.

Largo historial de retrasos

El trabajo para la restauración integral del río no parece fácil, a tenor de los datos, aunque ahora el Gobierno se marca la intención de completar el saneamiento de forma integral “antes de 2027”, según recoge en los deberes que se pone en la planificación del nuevo ciclo hidrológico que empieza este próximo año. 

Mientras no se consigue, desde plataformas ecologistas como Amigos da Terra piden otras sanciones -no solo económicas- como la revocación de autorizaciones o el cierre de determinadas instalaciones y califican a la depuradora de San Cibrao como “inútil” para alegar que debe ser sustituida por una nueva que se adecúe a las “necesidades presentes y futuras”. En eso, parece que coinciden con el alcalde y con el propio Gobierno. Pero el proyecto debería estar en ejecución hace ya cuatro años, y todavía no ha salido de los despachos.

Se finalizó el 13 de septiembre de 2019 y fue remitido entonces a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Transición Ecológica, que concluyó que era necesario realizar una evaluación ambiental más exhaustiva al preverse “efectos adversos significativos” sobre el medio ambiente. A esto se sumó un “error por parte de la empresa”, que ubicó la ampliación de la depuradora en un espacio que no se ajustaba a las directrices urbanísticas de San Cibrao das Viñas, lo que motivó alegaciones por parte del Concello y obligó a realizar cambios en el proyecto, un proceso que tuvo que salir a concurso y que realizó la misma empresa que cometió el error. 

La Hidrográfica se vio obligada a adjudicar un nuevo contrato, el 23 de octubre de 2020, que  la  consultora  entregó  a finales de abril, prórroga incluida. Ahora está en manos de la Dirección General del Agua, aunque alcaldes, empresarios del Polígono e instituciones han pedido celeridad. De momento, nada se sabe

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