El recinto de Benposta está hoy más cerca de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC). La Asociación Padre Silva anunció ayer el arranque de los estudios que la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia establece como uno de los requisitos para alcanzar la declaración como BIC. La entidad detalló que estos estudios serán llevados a cabo por la Facultade de Ciencias da Educación de la Universidad de Vigo, situada en el Campus de Ourense, y el Instituto Padre Sarmiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con sede en Santiago.
Se trata de un nuevo trámite que hace avanzar el proceso de recuperación -dicen desde la asociación- del “importante patrimonio pedagógico, cultural y artístico” de este lugar. Además, destacaron que una vez se obtenga el estatus de BIC “se pondrá fin a la especulación de los terrenos y se podrá desarrollar el proyecto integral de recuperación” que impulsa la entidad.
Actualmente, la propietaria de los terrenos, vencedora en su momento de la subasta de la finca es la empresa de autobuses Alfer. Mientras tanto, dentro de la carpa el funambulista Mustafa Danguir y otros entusiastas intentan levantar una escuela de circo.
Un nuevo proyecto
Con la declaración como BIC, la Asociación Padre Silva pretende blindar las edificaciones e instalaciones emblemáticas de la Ciudad de los Muchachos, e integrarlas junto a otros edificios para revitalizar la zona.
En este espacio se pretende acoger proyectos como una nueva escuela profesional reglada, especializada en artes escénicas y nuevas tecnologías, un centro de mayores, una residencia universitaria o servicios de hostelería.
Para los impulsores de este proyecto, se trataría de “un gran espacio urbano intergeneracional”, en el que convivirían personas mayores y jóvenes. Además, permitiría cumplir con “una función social” y “recuperar un patrimonio ourensano inmarcesible, de fuerte atracción cultural y turística”.
Legado
En Benposta se desarrolló el proyecto de la Ciudad y el Circo de los Muchachos durante la segunda mitad del siglo XX. Para la asociación -bautizada con el nombre del impulsor de este célebre proyecto, el padre Jesús Silva- el legado de este lugar supone “un ejemplo de proyecto pedagógico de referencia en la cultura europea”. Durante años, Benposta funcionó de forma autónoma, a la manera de una ciudad-estado, con aduana, iglesia, supermercado y moneda propia.
