El último intento por recuperar los años de esplendor que vivió Benposta y superar la decadencia de esta institución otrora emblemática se diluye en proyectos dudosos, sospechas sobre la gestión y tensiones internas.

Benposta: la última torre se tambalea

Benposta no consigue superar la profunda crisis que la agarrota desde hace diez años.
Todos los intentos que se abordaron para recuperar lo que fue un símbolo de Ourense en todo el mundo fracasaron, y el último, lanzado en el año 2011, tiene todas las papeletas para convertirse en un nuevo fiasco. La institución está dirigida por la Fundación Benposta, creada en 2003 por el fundador de la Ciudad de los Muchachos, Jesús Silva, para gestionar el futuro de la entidad ante la grave crisis financiera que atravesaba. Sin embargo, en torno a ella proliferaron un sinfín de pleitos, desacuerdos y desavenencias que ciegan uno tras otro cualquier intento de relanzamiento.

Presidida por Antonio Martínez Álvarez, con Luis Fernández Ramos como tesorero y José Antonio Villar Ramos como secretario, nombrados todos ellos por el desaparecido padre Silva, sobre ella pende la permanente acusación de que nació para vaciar los activos de la originaria Asociación Ciudad de los Muchachos. La Asociación Internacional de Benposteños (Aiben), integrada por antiguos residentes en la Ciudad, mantiene un contencioso judicial por la venta de los terrenos de la Asociación Ciudad de los Muchachos.

Hay una sentencia firme de la Audiencia Provincial en la que se anulan todos los acuerdos que se tomaron desde el año 2000, especialmente los adoptados en 2004, en los que se decidió el traslado de los bienes de la Asociación Ciudad de los Muchachos a la Fundación y la venta de los terrenos a una inmobiliaria. El pleito es una continua sucesión de recursos y sentencias y, según el presidente de Aiben, Emilio Cid, el conflicto sigue abierto.


EL ÚLTIMO INTENTO

En el año 2011 otro grupo de benposteños, liderados Bartolomé Pidal, que fue alcalde de Benposta entre 1976-77, se unieron para recuperar la imagen del padre Silva e intentar que Benposta resurgiera de sus cenizas. Crearon otro grupo, la Asociación Cultural Padre Silva, y se acercaron a la Fundación Benposta para intentar aclarar la situación jurídica, así como recuperar la imagen del fundador.

Promovieron actividades culturales, con conciertos en el recinto y la recuperación del circo, e iniciaron un acercamiento a las instituciones ourensanas y a la Xunta para que se incorporaran al patronato de la Fundación. Sin embargo, esta relación entre Asociación y Fundación se rompió pronto y actualmente es una más de las muchas desavenencias en las que se ve envuelta Benposta.

'Nosotros queríamos recuperar la Ciudad de los Muchachos, salvar la finca y abrirla a la ciudad, así como mejorar la imagen del cura. Pero los herederos de Jesús Silva, que están al frente de la Fundación, lo impidieron', asegura Bartomomé Pidal. Este cree que 'nos utilizaron. El proyecto se frustró porque cada vez que intentamos poner orden en las cuentas, un mínimo de control sobre lo poco que entra allí y conseguir algo de transparencia económica, chocamos contra la barrera de los tres señores que dirigen la Fundación'.

Asegura que en Benposta 'no queda nada, sólo una fórmula de supervivencia de los directivos. Ahí atrás se montaron la película de una gira del circo por Australia. Le tomaron el pelo a una treintena de chavales, que llegaron de toda España, para participar en esta gira, pero no había nada, sólo castillos en el aire'. Recuerda Pidal que los directivos 'antes hablaban de hacer una residencia de mayores, ahora hablan de un albergue de peregrinos, pero no hay nada de nada. Dicen que ellos no quieren nada, pero siguen aferrados allí', afirma. 'Es un poco 'su finca', un negociete de supervivencia sin proyecto alguno de futuro', y concluye asegurando que 'al final lo que han hecho es condenar aquello y acabar con lo poco que podía quedar'.


'BUSCAN GANAR TIEMPO'

Otra organización que mantiene un enfrentamiento radical con la Fundación es Aiben (Asociación Internacional de Benposteños). Coincide con la Asociación Padre Silva en el objetivo de dar transparencia a la Fundación, abrir Benposta a la sociedad y defender su legado, para impedir que sus bienes acaben en manos de particulares. Sin embargo los dos colectivos difieren en el método: la Asociación Padre Silva reprocha a Aiben 'la presión a la que sometieron al sacerdote. Debieron haber buscado otra forma de hacer las cosas'.

Emilio Cid, presidente de Aiben, defiende a ultranza su actuación. 'La Fundación son tres personas que sólo buscan ganar tiempo. Se van a cumplir diez años del comienzo del conflicto y entonces podrán alegar prescripción y consumar todo lo que hayan hecho, pero lo vamos a impedir', asegura Cid, quien añade que su objetivo es 'frenar la venta de la parcela'.

Mientras, asegura que 'la política' de los responsables de la Fundación 'es resistir como sea para agotar esos 10 años' y van inventando proyectos e iniciativas que siempre acaban en nada'. Se refiere al último intento de recuperar el circo: 'Trajeron a un grupo de chavales, a los que ofrecieron sueldos de 1.800 euros al mes y una gira por Australia; como esta gira no llegaba, la cambiaron por otra por China. Al final, todo quedó en una actuación en Celanova y al día siguiente les dieron 200 euros para que compraran un billete con el que volver a casa. Y así ocurre con todos los proyectos que van presentando', concluye Emilio Cid.

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