A lo largo del verano, robos perpetrados en la Carretera de Vigo y el barrio de O Couto buscaban como botín los vehículos de dos ruedas y pedales. Hubo sustracciones de bicicletas en la calle Mateo de Prado y en una tienda especializada. Los ladrones van a tiro fijo: buscan bicicletas de alta gama para su despiece, incluido en los anexos de viviendas como trasteros y garajes. En O Couto, el robo se perpetró en agosto en un garaje. También entraron en una tienda situada en la carretera de Vigo, que se negó a concretar el número de bicis robadas. No obstante, el dueño del local las cuantificó en “17”.
La noticia no sorprende en las tiendas especializadas. Dos de los establecimientos coinciden en que los ladrones “actúan de forma oportunista”. Es decir, los delincuentes topan o ven algo que les llama la atención, comprueban su fácil acceso y actuan, sin haberlo planeado previamente. Carlos Moure, el gerente de Bicicletas Da Cunha Moure, afirma que “desde hace cuatro o cinco años se nota un aumento” en este tipo de incidencias. En palabras del gerente, “en la ciudad entran durante los fines de semana y en los pueblos buscan en los alpendres”. En los casos que conoce, las bicicletas “eran de alta gama” y estaban valoradas “en 2.000, 3.000 y hasta 4.000 euros, en alguna ocasión”.
Moure comenta otro caso reciente en la provincia, este último mes vio en Facebook a un chico de Allariz al que le habían robado “una bici de montaña valorada en 1.500 euros”, la usaba para trabajar. “Su caso es un milagro porque apareció, pero no es para nada lo habitual”.
Nueva forma de robar
El propietario de la tienda de A Cuña cree que la forma robar cambió en los últimos años: “Les compensa venderlas en apps como Wallapop o Segundamano, también en foros de ciclismo, porque buscan deshacerse rápido de ellas para no ser encontrados”. Lamenta que haya personas que utilicen estos espacios de forma maliciosa, pero para ellos son una ventaja porque: “Venden partes de bicicletas de alta gama a precios mucho más baratos, para seguir sacándose una buena cantidad en poco tiempo”, añade.
Según comenta, muchos clientes acuden a su establecimiento para enseñarles piezas que encuentran por internet “demasiado baratas”. “Si el precio de una pieza de segunda mano es de 600 euros y te la están vendiendo por la mitad, o está estropeada o es robada y se la están intentando quitar de encima”.
El caso que más llamó su atención fue hace cuatro años. Un cliente le compró una bici de alta gama y a los 10 días entraron en su garaje y “se llevaron únicamente el desviador”, la parte que cambia las marchas y permite elegir el tamaño del piñón. “Cortaron la cadena y solo desmontaron eso, estaba valorado en 1.000 euros”.
Moure explica que para los delincuentes “es muy fácil venderlas” porque “muchas piezas no incluyen el número de serie de la marca o la bicicleta”, al ser pequeñas. “Nosotros lo comprobamos cuando vendemos”.
Para evitar ser estafados por internet comprando partes robadas, Carlos Moure recomienda “pedir siempre la factura de compra”. Otra solución es asegurar la bicicleta, sobre todo, en caso de que su valor supere los 1.000 euros y se resguarden en anexos de fácil acceso.
