El presidente del Comité Olímpico Español leyó desde el escenario de la Praza Maior el pregón que dio inicio a nueve días de fiestas en la ciudad
Por la tarde ya era palpable el ambiente festivo en el Casco Vello y sus inmediaciones, pero hasta las 22,00 horas no sonó el pistoletazo de salida a las Festas de Ourense. El presidente del Comité Olímpico Español, el ourensano Alejandro Blanco, fue el encargado de subir el telón de la programación de esta semana desde el palco de la Praza Maior, junto al alcalde, Jesús Vázquez, y la edil de Cultura, Belén Iglesias.
El pregonero arrancó su discurso reconociendo la "especial ilusión" que le hizo recibir la llamada del regidor municipal, Jesús Vázquez, para pedirle inaugurar las fiestas: "Levoume menos aceptar do que o noso alcalde tardou en propoñelo". Pero después le entró "un sentimento profundo de responsabilidade con todos os ourensáns porque non hai escrito nin discurso que reflexe fielmente o que un pensa e quere dende o máis profundo do corazón, Ourense".
No se dejó en el tintero a ilustres oriundos de As Burgas ni a "todas aquelas persoas que con diferentes profesións levaron con honra o nome de Ourense por todos os lugares do mundo". Tampoco se olvidó de poner de relieve el Adn que "nos une a todos", refiriéndose a los desfiles, la banda de música, conciertos, la batalla de flores y las calles engalanadas.
El pregonero resaltó el carácter de los ourensanos, "que vén da nosa fortaleza de espírito, da inexpugnable resistencia, da nosa capacidade de traballo e sacrificio, da nosa hospitalidade e, irreversiblemente, da nosa morriña". A todos deseó unas buenas fiestas con un programa "amplio, rico, diverso e espectacular en cantidade e calidade".
Actuación musical
Blanco Bravo dio paso a uno de los platos fuertes de las fiestas: el esperado concierto del músico coruñés Xoel López, que presentó a los ourensanos, también en la Praza Maior, los títulos que conforman su último trabajo, “Paramales”. El compositor fue recibido con una magnífica ovación de sus seguidores, quienes disfrutaron de su impecable actuación y cantaron al unísono los temas que tanto esperaban en directo.
En la primera jornada festiva de la ciudad también tuvo lugar la principal novedad del programa, en la Alameda, donde ya por la tarde los preparativos auguraban una gran expectación. Y es que a medianoche arrancaba el espectáculo piromusical, un novedoso proyecto que aunó luz, sonido, nuevas tecnologías y fuegos artificiales. La voz de un narrador, junto con 20.000 vatios de sonido y una coreografía pirotécnica al ritmo de la música, consiguieron el objetivo: ganarse al espectador y, de manera indirecta, hacerlo partícipe de una historia en 20 minutos.
El postre lo puso sobre la mesa la orquesta Brujas. Sus integrantes amenizaron la noche a los ourensanos y turistas que continuaron la fiesta en la verbena de la calle Progreso, en las inmediaciones de la Alameda. Un amplio y dinámico repertorio con canciones de ayer y de hoy de diversos estilos sirvió a jóvenes, adultos y mayores para poner fin a un inicio de fiestas multitudinario.
